Fabitos, poderosas y ‘makers’ para innovar desde pequeños

Fab Lab León continúa con sus talleres e iniciativas para todas las edades, con los que quiere potenciar la creatividad pero también formar a profesionales

Sergio Jorge
14/07/2017
 Actualizado a 19/09/2019
Algunos de los niños que han participado en los talleres del Fab Lab, ubicado en la avenida San Ignacio de Loyola, detrás de Espacio León. | L.N.C.
Algunos de los niños que han participado en los talleres del Fab Lab, ubicado en la avenida San Ignacio de Loyola, detrás de Espacio León. | L.N.C.
Cuando se habla del polo tecnológico de León y de la capacidad para generar empleo y oportunidades innovadoras pocas veces se resalta otro hito dentro de este ámbito en el que también la provincia es pionera en la creación de un Fab Lab en Castilla y León (aún no hay más que el de la capital leonesa), que fue además el segundo de toda España, aunque ahora hay otros 41 en todo el territorio nacional. Más allá de que la ciudad dé pruebas una vez más de su buena posición en el campo de las nuevas tecnologías, lo importante de este espacio es que es el lugar idóneo para aprender diversas técnicas de la mejor forma posible: divirtiéndose. Bien lo saben los niños que durante todo el año participan en los talleres, pero también sus padres, que ven cómo cada vez tienen más destrezas en algunas materias y, sobre todo, los adultos que alrededor del Fab Lab están creando sinergias y conocimiento para materializarlos en trabajo. "Pero es todo poco a poco", detalla la responsable del Fab Lab León, Nuria Robles. Porque el trabajo que se realiza en este centro es "a medio plazo". Son muchas las actividades que se pueden experimentar en este espacio, como lo demostraban ayer seis pequeños ‘Fabitos’, como se denomina a los que quieren participar en sus talleres. Con el kit que se les entregaba al inicio del taller debían desarrollar la idea que se les exponía pero que les permitía alentar su creatividad.

"La idea es que hagan un coche con un trozo de madera, unas ruedas y poco más", explicaba Pablo Núñez, instructor también en este tipo de talleres. No solo tienen que construir el automóvil de juguete que en un inicio es muy sencillo, sino que también tienen que probar los ejes, si va recto, etc. Eso lo hacen como paso previo a lanzarlos por la gran pista en la que se comprueba también la velocidad que alcanza, si sigue en línea recta y si es capaz de llegar hasta el final. "Pero después, una vez que ven que funciona bien, pueden colocar pegatinas, los pueden tunear o escanearse a sí mismos e imprimirse en 3D", apuntaba Núñez. Para ello, diseñaban todo lo necesario con ayuda de las máquinas que hay instaladas en este espacio en el que se pueden encontrar herramientas pero también decenas de creaciones de todos los tipos y características.

Hay un grupo de cinco poderosas, cinco niñas que demuestran su afán por innovar desde pequeñas
Porque Fab Lab es "un sitio de fabricación pero no de producción", alerta Robles. De hecho, los socios de este espacio abonan una cantidad para acceder a este lugar dependiendo del tiempo que usen, para lo que pueden utilizar de forma libre las máquina de escritorio como las fresadoras de circuitos, el ‘plotter’ de corte o las impresoras 3D, pero también la fresadora grande o la de láser. Pero lo más importante es que se ha generado una comunidad en la que todos aportan ideas y en la que se forman para después utilizar los conocimientos en sus profesiones.

Es más, el Fab Lab tiene un espacio de ‘coworking’ como uno de los servicios que presta, y en los que emprendedores como Pablo Núñez y otros desarrollan su actividad pero también aportan sus ideas en iniciativas como los Fabcafés, en los que se reúnen diferentes ‘makers’ y traen a otros para que puedan generar nuevo conocimiento que se pone en común y puede servir para todos.

Por eso no es de extrañar que poco a poco vayan surgiendo iniciativas alrededor de estos ‘makers’, que son las personas que utilizan herramientas como las impresoras 3D para materializar sus ideas, pero también hay un grupo de jóvenes ‘makers’ que durante todo el año acuden al Fab Lab para formar parte de un grupo de formación de unos cuatro años que les dejará en las puertas de launiversidad, ya que están pensados para adolescentes.

En Fab Lab León hay varias impresoras 3D, una gran fresadora grande y otra pequeña, y un ‘plotter’
Pero también hay otro grupo de cinco niñas que recibe el nombre de poderosas. Tienen el mismo perfil, pequeñas que demuestran su afán por innovar y crear con las herramientas de las que dispone el Fab Lab después de diseñar sus ideas. Pero además se busca que se potencie el talento innovador entre las niñas, puesto que como reconoce Robles, cada vez son menos las mujeres que acceden al mundo laboral en el sector tecnológico y las empresas tecnológicas reclaman estos perfiles.

Eso sí, todos tienen que cumplir algunas normas: "Cuando tienen una duda, lo primero que tienen que hacer es preguntarse a sí mismo si pueden resolverla. Si no lo logran, buscar en internet. Si aun así no encuentran la solución, preguntar al compañero. Y por último, a un adulto", especifica Nuria. Es al fin y al cabo otro aspecto clave de la filosofía del Fab Lab, en la que se aprende de todo y de todos, pero desde la creatividad de cada uno. Ahora solo falta que este espacio sea más utilizado por una sociedad leonesa que necesita ser innovadora y las herramientas, nunca mejor dicho, están en una pequeña nave en la avenida San Ignacio de Loyola de San Andrés del Rabanedo.
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