El vecino desconocido

La Sobarriba está ahí, a la sombra de la capital, y sin embargo es la gran desconocida. Es seguramente la que más y mejor conserva sus tradiciones y peso a ello es la gran olvidada

Fulgencio Fernández
29/08/2016
 Actualizado a 19/09/2019
Afanes diarios de los vecinos de La Sobarriba, en este caso José María Tascón.
Afanes diarios de los vecinos de La Sobarriba, en este caso José María Tascón.
Sobarriba, en el corazón de la comarca de Tierra de León, un espacio y unas gentes con historia e historias, siempre a la sombra de la Ciudad cuatro veces amurallada, tan cerca y tantas veces olvidada. Tierra de adobe y tomillo en la que no se encontrarán restos de castillos señoriales, ni escudos de sus armas, reservorio de tradiciones, hoy abierta en gran medida a los cambios que, como ocurrió siempre, le vienen en gran medida por ser parte del Camino». Con estas palabras comenzaba el amante de todas las tradiciones leonesas, y más de las de su comarca de La Sobarriba, Antonio Barreñada, un artículo sobre ‘La antigua hermandad en Tierra de León’ incluido en la revista que él dirige, Pendón por pendón.

Y ahí están ya muchas de las claves de esta singular comarca situada a pocos metros de la capital de la provincia, una tierra que conserva las tradiciones como pocas, y una tierra desconocida —que muchas veces sólo es el eufemismo de olvidada—sin ninguna explicación razonable.

Cuando se habla de los ayuntamientos del voto aparece la Sobarriba, Valdefresno y Villaturiel en cabeza;cuando se habla de San Froilán nunca faltan las gentes de La Soba;cuando se habla de pendones allí está el vivero;cuando se habla de lucha leonesa todos saben que sería imposible escribir la historia de este deporte nuestro sin las historias y leyendas de mitos que van desde Tino El Cojo y Los Molineros de Carbajosa al todavía campeón en activo Clemente Fuertes El Junco. Y, de repente, nos llegan noticias de cofradías o hermandades con una larga historia, como la cofradía de las Capas Pardas de Paradilla, de cuya singularidad ya nos ofrece un ejemplo su propio nombre completo: Compañía de Señor San Pedro, Santa Eugenia, Santo Tomás, San Martín, Santa María Magdalena, y Santos Mártires San Fabián y San Sebastián,aunque ellos la abrevien a la Cofradía de Santa Eugenia o de las Capas Pardas, aún viva y activa. De ella existe un valioso y curioso ejemplo de su patrimonio: "Un álbum de valiosas y entrañables fotografías acompañadas de una breve introducción escrita por Mariano D. Berrueta".

Tiene esta cofradía históricos derechos adquiridos, uno de ellos es recordado en la citada revista y ejercido por la todavía activa cofradía:"Con sus emblemas antiguos ellos han vuelto, junto a otras gentes de La Sobarriba, a recuperar una presencia, que legítimamente les corresponde, en la ciudad vecina y alejada, de la mano de otra cofradía urbana que habebido en la tradición de esa tierra campesina y ha vestido su capa parda: los del silencio, losdel nuestro Dainos".

Y en la descripción que hace Berrueta de esta presencia se encuentran algunas de las definiciones más bellas y halagüeñas que se pueden escribir. "Hombres graves y callados, peregrinos de un díade primavera, en la fiesta de San Isidoro, en el Voto secular a Santa María del Camino, la Señora de la tierra leonesa, los hombres de las capas largas y las caras serias, que escuchan con sonrisa complacida el cántico casi litúrgico de las mozas del lugar en el ramo que alude a la ‘noble Cofradía’. Todo lo merecen estos aldeanos que ocultan en las capas largas el oro viejo del vivir honesto". No se puede decir más en menos.

Se jugaba a los bolos pero, sobre todo, sería imposible escribir la historia de la lucha leonesa sin los grandes mitos de La Sobarriba Son los pendones otro de los orgullos de esta tierra, que conserva más que ninguna otra y cuida uno sobre todos, el pendón de Tierra, aquel que se ordenara tejer. "Iten ordenamos y mandamos que para ir a la procesión el dhodia se haga un pendon de damasco colorado o encarnado, conuna figura de nuestra señora y con la corona y llaves de Señor Sanct Pedro, el qual sea a costa de toda la tierra y mandamos que cada cañamaansi hidalgos como labradores, y cada cura pague un Real para todo lo necesario para el pendón y para guardar el dicho pendón mandamos que se haga una caja de roble o nogal con dos llaves...", según se recoge en la Regla, Ordenanzas y Constituciones para laProcesión a Ntra. Sra. del Camino el día de San Isidoro.Y así se hizo y lo tienen aquellas gentes en gran estima.

Son sólo unos apuntes, de largas historias que se podían recoger, para ayudarnos a entender a aquellas gentes "del oro viejo del vivir honesto", porque el gran activo de esta cercana y desconocida comarca son sus gentes, las que conservan estas tradiciones que los hacen diferentes.
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