
Y aun entonces, la provincia de León contaba en su censo más vecinos que actualmente: 508.613; datos que no se han vuelto a repetir en el presente siglo. Fue en los años 50 cuando comenzó la recuperación económica y social que se tradujo en un aumento poblacional. Así alcanzaba la provincia su récord en el censo de 1960, cuando registró 591.130 habitantes repartidos en 143.040 hogares.
De aquellos años a la década actual, León se ha dejado por el camino a casi 98.000 de sus vecinos. La caída de cifras ha sido constante y el censo de 2001 ya no lograría llegar a los 500.000.
La despoblación de la provincia, que tanto preocupa y contra la que no han encontrado todavía el antídoto, se deja sentir en cualquier rincón del territorio, aunque donde más lo padecen es en los pueblos.
Los gráficos que acompañan esta información –y que se completarán en la edición de mañana lunes– recogen los datos extraídos de la base de datos del Instituto Nacional de Estadística (INEbase) sobre la alteración en los censos de población leoneses desde el año 1842, es decir, desde hace más de siglo y medio. Un periodo que permite observar cómo fue creciendo la población por las mejoras sanitarias, alimentarias y sociales, y cómo los tropiezos demográficos empezaron a escribir la historia de la despoblación de esta provincia a partir de los años 60.
No sólo eso, los números dejan ver con claridad cómo y cuándo se vivió en León el éxodo del campo a la ciudad. De hecho, la mayoría de los ayuntamientos se han quedado en la mitad de lo que eran, de lo que llegaron a ser, y eso en el mejor de los casos. León se desangra, lo dicen las cifras.




