El río Casares, en peligro

La pretendida mini central de Beberino supondría una agresión al sistema fluvial con efectos como alterar el régimen de caudales o crear barreras artificiales

Rodrigo Prado Núñez
14/04/2017
 Actualizado a 16/09/2019
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Será maldición, mala suerte o nula gestión. Cuando aún no se ha recuperado la zona de la Reserva de la Biosfera del Alto Bernesga de la acción de las tuneladoras en la obra del AVE que han desaguado los arroyos de Folledo y Buiza, otra nueva amenaza surge sobre sus aguas, en este caso le ha tocado al río Casares y en forma de central eléctrica.

Este emblemático río, que ya está regulado por la presa Casares muy próxima a su nacimiento, no admite más obstáculos en su dinámica fluvial ya que mantiene una extraordinaria diversidad de formas vivientes que se pondrían en peligro. Además, conforma el valle Geras-Beberino que figura en el inventario del patrimonio de la Reserva de la Biosfera como lugar singular desde el punto geológico.

El Bocyl del día 29 de marzo de 2017., en en el apartado de información del servicio Territorial de León, señala como información pública relativa a la solicitud de autorización administrativa y declaración, en concreto, de utilidad pública e impacto ambiental del proyecto de aprovechamiento hidroeléctrico, Minicentral Hidroeléctrica La Sierra, en el Río Casares, en Beberino, en el término municipal de la Pola de Gordón, con destino a producción de energía eléctrica. Salto de la Sierra. Expte.: 68/11.

Esta pretendida mini-central sería una agresión brutal sobre este rico sistema fluvial y entre sus efectos negativos estarían: la alteración del régimen de caudales, creación de barreras artificiales, destrucción del terreno, anulación de los sistemas naturales de autodepuración, disminución de especies, desaparición de especies migratorias, muerte de muchas especies en el canal de derivación y en las turbinas, deterioro del lecho fluvial,contaminación del agua, alteración del hábitat fluvial, ruido persistente y un peligro general para la fauna y flora.

Para su construcción se tala el bosque de ribera, se canaliza y draga el cauce y el flujo natural de las aguas pasa a depender de las turbinas En concreto, para su construcción se tala el bosque de ribera, se canaliza y draga el cauce, se destruye el hábitat fluvial y el flujo natural de las aguas pasa a depender de las turbinas, causando, todo esto, efectos adversos para la salud humana y el funcionamiento de los ecosistemas. Los efectos positivos solo serían para el propietario que se llevaría los euros fuera de León y aquí nos dejaría otro río sin vida.

La calidad de sus aguas, que le hacen merecedor de estar dentro de la Reserva de la Biosfera del Alto Bernesga, son el hogar de muchas especies conformando una de las biodiversidades más importes de nuestra provincia. El proyecto afectaría gravemente a la familia de los macroinvertebrados acuáticos, que constituyen el componente de biomasa animal más importante y juegan un papel básico en la vida de los consumidores superiores de las redes tróficas. Pero también a una importante fauna, como la trucha común, el sapo partero, la ranita de San Antonio, el tritón jaspeado, lagartija serrana, lagarto verdinegro, sapillo pintojo, nutria, desmán de los pirineos, mirlo acuático, alimoche, el águila perdicera, milano negro, milano real, halcón peregrino y búho real entre otras, y a especies vegetales tan importantes como narcissus asturiensis, festuca elegans y la propia vegetación de ribera y acuática, siendo algunas de ellas endémicas de la península ibérica.

La construcción de esta instalación es inviable porque conlleva la necesidad de realizar voladuras, cimentaciones, efectuar excavaciones y eliminar parte de la vegetación de ribera existente dentro de un lugar protegido como es una Reserva de la Biosfera. El paisaje se vería afectado gravemente por las obras y a posteriori por la presencia de hormigón y hierro en un bello lugar natural y saludable.

Afectaría a fauna como la trucha común, el sapo partero, la ranita de San Antonio, el tritón jaspeado, la lagartija serrana o el lagarto verdinegro El río Casares presenta una gran calidad de agua y una densidad alta de trucha común y con condiciones favorables para su reproducción. Su curso es muy valorado para la pesca deportiva pudiendo encontrarse grandes truchas que ascienden del río Bernesga a desovar en sus zonas más altas. También es de reseñar la localización, en sus aguas, del desmán Ibérico, un desconocido animal que sólo habita en la Península Ibérica, cuya presencia revela la buena salud de un río, pero que se encuentra en peligro de extinción, por tratarse de un animal que se halla en bajas densidades, que depende de aguas de buena calidad y que presenta típicas características biológicas. Es un mamífero muy vulnerable, que tiene que ser protegido ante las amenazas de la contaminación y las barreras físicas construidas por el hombre.

Analizado el Plan de Acción de la Reserva de la Biosfera del Alto Bernesga no figura dentro de sus objetivos la construcción de barreras que impidan la migración de la fauna acuática y mucho menos que sometan al segundo río más importante de la Reserva a un estropicio tan descomunal como supone la construcción de una central eléctrica. Es de esperar que las autoridades, a las que se ha votado y dado la confianza, defiendan un patrimonio natural que es de todos y en especial salvaguarden los intereses de los habitantes de la zona.

El potencial de la Reserva de la Biosfera del Alto Bernesga está en su naturaleza, productos de la zona, turismo rural y pesca, por tanto, reconoce explícitamente las necesidades de protección del medio ambiente.
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