El papel de los padres de los deportistas

Por Eduardo Fidalgo

Eduardo Fidalgo
04/03/2016
 Actualizado a 19/09/2019
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Cuando un niño o una niña decide, o sus padres por él o ella, iniciarse en un deporte,suele producirse un cambio relevante en las costumbres ordinarias de la casa, ya que inevitablemente afecta a los horarios y las costumbres de la familia. El hecho de que cada día sea necesario llevar al joven deportista a los entrenamientos –y esperar a que éstos finalicen para volver a casa- hace que los padres terminen por interesarse, lógicamente, por el deporte que éste realiza.

En los deportes colectivos, especialmente fútbol, baloncesto, balonmano, etc., los padres suelen presenciar los entrenamientos, lo que les lleva a comparar las aptitudes de sus hijos con respecto a sus compañeros, así como la actitud de los entrenadores con respecto a sus hijos y al resto del grupo. Este lógico interés por la actividad de su vástago suele derivar en apoyo,si al niño o la niña le va bien y el padre considera que la calidad del deportista es valorada por el entrenador,siendo alineado-ahabitualmente en los partidos, o bien en críticas hacia éste si considera que se comete una injusticia con su hijo-asi no es titular indiscutible. Normalmente los padres suelen sobrevalorar las capacidadesde sus hijos. Es raro elpadre o la madre que es capaz de poner en valor realmente las capacidades de su hijo y ver las limitaciones de éste con respecto aotros que, sencillamente, tienen más talento, o más desarrollo físico,más implicación en los entrenamientos, etc. Es muy habitual oír comentarios del tipo «mi hijo no evoluciona porque el entrenador no le hace caso».

En los deportes individuales –yo me dedico a la natación-los padres, afortunadamente,no suelen presenciarlos entrenamientos,por lo que deben esperar a las competiciones para ver la evolución de sus hijos, la cual no suelen valorar a nivel individual –lo que su hijo mejora- sino lo que evoluciona en comparación con los demás niños. Resulta obvio decir que cada niño evoluciona de una manera y asimila las enseñanzas y los entrenamientos de forma distinta. También conviene destacar en este punto que los resultados obtenidos a edades tempranas,tienen una importancia muy relativa y no suelen influir para nada en lo que el deportista puede conseguir cuando llegue a su plenitud física. Es más,estoy convencido de que es mejor y más formativo aprender primero a perder –que es lo más habitual- para luego, a base de trabajo, conseguir llegar a vencer .Los niños que tienen muy buenos resultados cuando son muy jóvenes,suelen abandonar la práctica del deporte prematuramente, en cuanto los resultados dejan de ser tan buenos. No suelen admitir perder cuando están acostumbrados a ganar.Pero los entrenadores suelen tener mucha presión a la hora de conseguir resultados en las diferentes ligas que existen,a nivel pre-benjamín, benjamín y alevín, ya que las juntas directivas de los clubes (los que pagan a los entrenadores) suelen estar integradas por los padres de los niños, en este caso nadadores, que muy poco o nada saben de este deporte, ya que, normalmente, no lo han practicadonunca, lo que lleva a los entrenadores a sucumbir a la tentación de entrenar más de lo debido a los niños, no teniendo en cuenta que lo importante es la formación a largo plazo, para no poner en peligro su puesto de trabajo. Los niños y niñas de estas edades (ocho, nueve, diez, once años) deben tener buenos resultados sólo si tienen talento para el deporte, nunca porque entrenan duro para ello.

Sé que no es fácil ser padre o madre. Comprendo que es humano soñar que tu hijo puede llegar a ser como Michael Phellps o Rafa Nadal y tu hija como Mireia Belmonte pero conviene pensar que esto es dificilísimo y deben darse muchas circunstancias juntas para que esto suceda. La primera, dejar trabajar a los entrenadores sin presión.

Por supuesto no todos los padres son iguales. Los hay que envían estímulos positivos, a sus hijos y a sus entrenadores. Padres y madres que intuyen que lo importante es la formación y no tanto los resultados.Estos suelen ser los padres de los niños que llegan más lejos en eldeporte.

Por último una reflexión personal. Lapráctica de la natación –del deporte en general- no debe ser un fin en sí mismo, sino un medio para educar a personas en los valores que el deporte enseña para la vida.
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