El misterio de la alcayata

A las diez de la noche de todos los martes una alcayata perdida en una pared de la ciudad recibe una obra de arte. Alguien cuelga allí un trabajo artístico y lo deja para que escriba su futuro en libertad. Puede quedar allí hasta que la sustituyan, alguien se la puede llevar...

Fulgencio Fernández
15/07/2015
 Actualizado a 17/09/2019
Mario González colgando la obra correspondiente a este martes en el Alcayata Project León, la titulada ‘Coplas al viento del rabel’. | MAURICIO PEÑA
Mario González colgando la obra correspondiente a este martes en el Alcayata Project León, la titulada ‘Coplas al viento del rabel’. | MAURICIO PEÑA
Notas vuelan al viento /que salen de mi rabel /nacido de esta madera /que cuelga de esta pared». Así reza una coplilla escrita en la madera que ayer, martes, a las diez de la noche, colgó en una alcayata solitaria —al lado de la puerta de la Fundación Sierra Pambley—Mario González, el conocido rabelista ‘El Jilguerín de Casares’.

- Es el trozo de madera del que saqué el último rabel artesano que mehice;de hecho, en el hueco que queda se ajusta perfectamente el rabel, como comprobaron quienes acudieron a esta nueva cita del Alcayata Project León. Después trabajé esta madera y añadí algunas coplillas y puse siete u ocho alcayatas con una recomendación para quien vea la obra:«Dejad aquí vuestras coplas, decires, notas o pareceres para que todo aquel que lo lea, sepa de vuestros quereres».

La obra se cuelga en una alcayata perdida y allí queda sin que nada se sepa de su futuro Esa es la obra que ayer martes llegó a una nueva alcayata, una nueva intervención del Alcayata Project de León. Una cita que se produce cada martes y por la que llevan pasando un buen número de artistas de todo tipo. «Lo que se trata de es dinamizar, sorprender, llamar la atención a quien pase cada día por una calle y, de repente, se encuentra con una obra colgada».

En la cita de cada martes se van congregando aquellos que se van sumando al Alcayata Project, que comenzó el día 14 de abril y tiene martes reservados para un buen número de meses.

- ¿Y quiénes son los de Alcayata Project?.

- Nadie. Es un proyecto abierto a quien se suma cualquiera, sólo tiene que entrar en nuestro grupo de facebook y sumarse, solicitar día para colgar su obra de arte y acudir el día que le apetezca a participar.

Se trata de convertir una alcayata abandonada en una referencia artística Así lo explican ellos en su página:«El objetivo de esta iniciativa es el aprovechamiento del espacio que nos ofrece una pequeña alcayata para convertirla en un punto de encuentro y referencia artística sobre la que colgar las ofrendas de todos aquellos ciudadanos que deseen sumarse a nuestra noble y desinteresada causa».

Nadie es alcayata pero sí hay un grupo de gente que han tenido mucho que ver en el desembarco de esta iniciativa en León, como la entusiasta Sandra Fernández, de La Venta de la Tuerta, o el artista asturiano Enrique Pinín. Curiosamente estos dos personajes están detrás de otra singular iniciativa artística, la de pintarlos árboles del bosque de la Venta de la Tuerta y contar una historia con ellos.

Sandra Fernández lleva, asimismo, varios años trabajando en La Venta de la Tuerta para que este histórico ‘ventorrillo’ (así se llamaba en los viejos documentos)sea algo más que una casa de comidas, que también lo es. Así, además de la idea del bosque ‘animado’ —que todavía sigue abierta y creciendo—por las paredes del restaurante han ido pasando un buen número de artistas leoneses y también muchos asturianos.

La idea nació en Asturias


Asturias tiene mucho que ver en el desembarco en León de este Proyecto Alcayata.

El ya citado Enrique Pinín había participado en el Alcayata de Oviedo, que fue donde nació, y le contó la historia a Sandra Fernández mientras preparaban una exposición suya en La Venta y gestaban pintar los árboles. La leonesa se entusiasmó con la idea y no tardó en hacerla suya, en implicar a otros muchos amigos y artistas que habían pasado por La Venta y todo hechó a rodar, hasta el punto que ya son muchos los martes ocupados.

Como han sido muchas las obras abandonadas a su destino, con las que ha ocurrido de todo. Unas se han quedado toda la semana y otras tan solo han permanecido unos minutos.
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