Donantes de piedras

Muchos edificios leoneses fueron levantados trayendo piedra para su fachada de otro antiguo, como el hospital de Regla, la iglesia de Renueva, la audiencia provincial...

Fulgencio Fernández
25/09/2016
 Actualizado a 12/09/2019
La Real Fábrica de Tejidos e Hilos acabó en la Audiencia Provincial.
La Real Fábrica de Tejidos e Hilos acabó en la Audiencia Provincial.
El pasado domingo en la última página de este periódico escribía Julio Llamazares «del deplorable estado en el que se halla la casa forestal de Riocamba, una dehesa que fuera de los marqueses de Cea y hoy pertenece al Estado y a la que fue a parar la portada de una casa noble de Vegamián, se supone que para embellecer el conjunto. Un ingeniero de Montes que había trabajado en la construcción de la presa que hizo desaparecer mi pueblo se la llevó, al parecer, piedra a piedra...».

Así es. Hablaba el escritor de Vegamián de la dignidad de las piedras y daba por sentado que ni le iban a hacer caso ni le iban a entender. Seguro. Al menos, por ejemplo, el Obispo Almarcha que fue responsable de dos de los casos más conocidos de «piedras volanderas», por las que las fachadas del Palacio de Renedo de Valdetuéjar y del Monasterio de Eslonza acabaron en las fachadas de la nueva Iglesia de Renueva (la vieja se tiró para hacer la estación de Feve) o del Hospital de Nuestra Señora de Regla.

El hospital de Regla, la iglesia de Renueva, la audiencia o la fachada del IBOson hijos de ‘piedras volanderas’
Pero no fueron los únicos casos. Ni mucho menos; es famoso en la comarca de Eslonza el dicho de que «si no tienes nada del monasterio en casa no eres nadie». Así puedes encontrar una histórica pila como bebedero de las gallinas o unos capiteles de ‘patas’ de un banco para tomar el sol en algún pueblo cercano.

Nada digamos de las piedras «numeradas» del Palacio de los Allende de Burón, otro lugar anegado por un pantano. «Ya no quedan ni la mitad de los números», bromean los vecinos en el bar de Lario.

- Ay, si hubiera la mitad.
De esta práctica hablaba el profesor Emilio Morais, autor de un completo estudio sobre los cuatro edificios así levantados en León capital:«El traslado de edificios históricos es una práctica no recomendada por la teoría restauradora y la legislación derivada de ella, debido al peligro que supone para la integridad de los valores documentales, históricos y los artísticos de los monumentos. No obstante, fue una modalidad utilizada durante el franquismo y prueba de ello son los cuatro traslados realizados en la ciudad de León entre 1945 y 1965. Se levantaron edificios con formas y funciones distintasa las originales».

Del Palacio de Renedo hay restos en León, Puente Almuhey, Prioro, La Mata,  Santa Olaja, Taranilla...
Del Palacio de Renedo hay restos en León, Puente Almuhey, Prioro, La Mata,  Santa Olaja, Taranilla... 
Los cuatro edificios de los que habla Morais son los ya citados de Renueva y La Regla, a los que habría que sumar la fachada de la Audiencia Provincial, que nació de las piedras nobles de laReal Fábrica de Tejidos e Hilados de León y su famosa portada conocida como la Puerta de la Reina, «que pasa por ser una de las más interesantes del escaso repertorio barroco civil de León».

Y el cuarto fue la Casa Blasonada de los Quirós de León, de la que solo subsisten algunos elementos de su fachada dentro del complejo de San Isidoro, concretamente lo que ahora es la fachada del Instituto Bíblico y Oriental (IBO).

Este comportamiento del obispo Almarcha hace que Morais no dude en hablar de él como«el Elgin leonés», y explica que «Sir Thomas Bruce, VII conde de Elgin, se dedicó a trasladar monumentos de Grecia a Gran Bretaña. Lord Byron bautizó esta práctica como elginismo para definir las operaciones de desmembración y destrucción de edificios históricos con el traslado de sus piezas a distintos lugares y países». Bien es cierto que, reconoce, todo lo hizo de «manera legal»y así por la fachada de Eslonza «pagó 100.000 pesetas).

El caso más emblemático de estos comportamientos es, a buen seguro, el del histórico palacio de Renedo de Valdetuéjar, que tiene ‘piedras volanderas’ por media provincia. El investigador Ramón Gutiérrez, autor de un libro sobre este lugar, siguió los pasos de las piedras perdidas y asegura que «en aquel palacio había, por ejemplo, más de sesenta escudos repartidos por toda su fachada, que actualmente decoran casas en Puente Almuhey, en el Palacio Episcopal de León, en la pared noroeste del Museo Catedralicio, en la torre nueva de La Mata, en Ma hay yorga, Villamoros, Prioro, Santa Olaja de la Varga y Taranilla», por decir sólo algunos de los lugares que rastreó y documentó el infatigable Ramón Gutiérrez, quien añade:«En los 70 se desmontaron las piezas de valor de la capilla. Las tablas del retablo del Cristo fueron llevadas a Madrid y cuatro tallas de los evangelistas, de la escuela de Gregorio Fernández, se salvaron ya que al desmontarlas el San Marcos se cayó y se rompió, por lo que parece que los encargados cogieron una especie de temor supersticioso y acabaron dejando las tres restantes en la iglesia de San Adrián de Renedo, donde están a día de hoy».

Habría muchos casos más. En muchas fachadas están las pruebas.
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