Don Turrado y Riaño

Ramiro Pinto Cañón
20/07/2017
 Actualizado a 18/09/2019
El tiempo pone a cada persona en su sitio. Quien miente permanentemente se acaba engañando a sí mismo y sólo es capaz de falsear la realidad y cobrar por ello, como sobre el caso de Riaño hace don Turrado (14 - VII - 2017, La Nueva Crónica) La realidad es la que es y no hace falta que pida perdón por colaborar en un desastre humanitario, ya que su única supervivencia es el cinismo. Baste recordar que desde que se cerró el embalse de Riaño los agricultores no volvieron a manifestarse por los regadíos, ¡en 30 años! Cuando antes no pararon de hacerlo ‘Por el cierre de Riaño’. Habló este señor de que 86.000 hectáreas de secano iban a ser el vergel de Europa, la despensa de toda España. ¿Dónde está todo ello 30 años después? Quince años pasaron, desde que fuera avasallada una comarca en beneficio de unos futuros regadíos, cuando se hizo el primer estudio sobre tal posibilidad y fueron descartadas miles de hectáreas por no ser aptas para ello debido al tipo de suelo. Años después de que se ejerciera el terrorismo de Estado en el valle de Riaño, según sentencia corroborada por el Tribunal Supremo, miles de hectáreas del Plan de Futuros Regadíos se acogieron a una subvención europea para mantener las tierras en secano con el objetivo de proteger a las aves esteparias, en especial a la avutarda. Años después de que no se aceptase un plan de pequeños embalses para regar sin destruir los pueblos, Tierra de Campos se ha llenado de huertos solares y eólica, miles de hectáreas con placas para la energía solar que no necesitan el agua. Años después de sacar por la fuerza a una población rural de nueve pueblos, para que otros pudieran regar, dos ayuntamientos del Plan de Futuros Regadíos de Riaño se ofrecieron como lugares para ubicar un cementerio de residuos nucleares (Santervás y Melgar de Arriba), que en varias miles de hectáreas no permitiría comercializar su producción agroganadera. 30 años después, de aquello de lo que se jacta don Turrado, la provincia de León ha pasado del sexto puesto en el desarrollo económico de España, al tercero por la cola. De lo cual se muestra orgulloso y exige que le demos las gracias. La lógica perversa consiste en plantear el esquema de los fanáticos: si el hombre es mortal, adquiero el derecho de matarlo. Lo mismo que arguye para justificar la destrucción de la montaña leonesa y sus pueblos, pero además basándose en un error, como es que el modelo de desarrollo que él defiende y el haber acabado con el centro económico de toda una zona ha propiciado la despoblación y la falta de progreso que ha acabado con históricas comarcas como las de Valdeburón, Sajambre, valle de Valdeón y Tierra la Reina, aparte de las zonas afectadas directamente. Pero lo mismo ha sucedido en las tierras de regadío y en las de secano donde se han seguido cerrando escuelas, despoblando sus demarcaciones, haciendo desaparecer sus juntas vecinales, porque los sindicatos agrarios han sido parte de la crisis, escondiéndose y sin dar la cara, dejando que el dinero público fuera a parar a las grandes empresas en forma de beneficios para las constructoras de embalses. Fue Riaño el primer caso de esta forma de economía de la corrupción, de pagar infraestructuras que luego no sirven para nada ni crean riqueza, sino que han esquilmado el erario público. Algo de lo que no se puede avergonzar quien no tiene vergüenza, sino avidez de dinero. Soy yo quien pide perdón, y a usted en especial, por un sistema de enseñanza y una sociedad en general que se vanagloria de su miseria intelectual y humana y que ha dado lugar a tantos ínclitos como don Turrado, que sólo saben hacer cestos porque les dan lugar y tiempo. Y muchas gracias por hacérnoslo ver.
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