Del olvido y la literatura

El Curueño literario es una completa antología de textos referidos a este río y que ya han sido publicados. Ángel Fierro y Julio Llamazares se encargaron de esta selección de 40 autores

Fulgencio Fernández
09/06/2017
 Actualizado a 18/09/2019
Ángel Fierro y Julio Llamazares fueron los encargados de la selección. | MANUEL CUENYA
Ángel Fierro y Julio Llamazares fueron los encargados de la selección. | MANUEL CUENYA
"En una cena, que es donde surgen estas ideas, después de un encuentro literario veraniego que los que suscriben (Ángel Fierro y Julio Llamazares) protagonizaron junto a Jesús Díez en Santa Colomba de Curueño y que tuvo por título el mismo de esta antología de textos (El Curueño literario) se nos ocurrió —al comprobar la gran cantidad de escritores que han escrito sobre el Curueño, el pequeño río leonés— reunirlos en un libro que diera fe de la cantidad y la variedad de literatura ha generado esa corriente de agua de apenas 47n kilómetros que nace en el Puerto de Vegarada, en la raya entre Asturias y León, y muere en el soto de Ambasaguas, al verter en el río Porma".

Así explican los citados Llamazares y Fierro la génesis del volumen de textos que acaba de ver la luz en el sello leonés Eolas, El Curueño literario, que "acoge a 40 autores y cubre 400 años largos de historia. Aquí están todos los autores de los que sabemos han escrito en ese tiempo literariamente del Curueño". Y ponen énfasis en lo de literariamente para "explicar por qué no aparecen textos de otro carácter (historia, heráldica, geografía...) y que los hay en abundancia sobre el territorio". Entienden como literarios los géneros de poesía, narrativa, dramaturgia y ensayo aunque, señalan, "hemos añadido dos o tres muestras de géneros que por su modernidad no figuran en esa relación peo que, a nuestro entender son también literarios, como el periodismo y el guión de cine".

La idea surgió en una cena, que es donde nacen estas cosas, viendo la cantidad de textos sobre este río
Y este es el fruto de la idea que nació en una cena, parecida a aquella otra de 1984 con parecidos protagonistas en la que surgió aquella otra del ‘Corro de poesía para rebecos’, que se celebró en el alto del Puerto de Vegarada.

Cuarenta autores para los 400 años que van desde Pedro de la Vezilla Castellanos y su ‘León de España’ y el más joven de los antologados, David Rubio (León, 1977). En medio encontramos desde "un Premio Nobel (Cela) hasta los que se publican ellos mismos a falta de editorial, pero que un día se pusieron a escribir sobre el Curueño, como un reconocimiento a sus pobladores y una modesta contribución a una zona a la que tanto debemos como personas y como escritores", concluyen Ángel Fierro y Julio Llamazares en su breve explicación de este libro pues el análisis de los autores y textos queda en manos del catedrático de Teoría de la Literatura de la Universidad de León, José Enrique Martínez. El volumen se completa con dos epílogos sobre la literatura popular de los que son autores José Luis Puerto (‘Río de la memoria:Leyendas y romances en el Curueño’) y Ángel Fierro (‘La oralidad: El cancionero tradicional’).

40 autores, 400 años


La selección aparece por orden de edad, de Pedro de la Vezilla a David Rubio, y entre los autores encontramos a muchos «vinculados» al río, vecinos habituales o temporales de ese río que Llamazares bautizó como ‘El río del olvido’ y otros que han posado su mirada sobre él sin ninguna conexión geográfica.

José Enrique Martínez recuerda que Llamazares "emprendió el recorrido río arriba, como antes lo hizo Mariano Domínguez Berrueta, por el estrecho camino que, plegándose al cauce del río, seguían, dice, los arrieros de los Argüellos, que ignoraban que por aquel trágico camino habían subido los romanos, que en sus luchas de invasión con los indomables astures cruzaron estos desfiladeros. Después, Camilo José Cela, Jesús Fernández Santos, Juan Pedro Aparicio y el ya mentado Llamazares nos hablan de la cinta de plata que recorre la comarca".

Cela conoció ‘el río’ cuando curó una enfermedad en La Vecilla y Delibes habla de los gallos de pluma
Recuerda Martínez que Cela curó una enfermedad en La Vecilla y el pasaje de La Colmena en el que habla de la suerte de Dorita, "a la que perdió un seminarista de su pueblo llamado Cojoncio Alba, el cual la llevó a ella, que iba como medio boba, hasta las orillas del Curueño y allí, en un prado, pasó lo que tenía que pasar. Dorita y el seminarista eran los dos de Valdeteja".

La vinculación de Fernández Santos con Cerulleda, cuyo molino era su casa, está patente en Los Bravos; pueblo que está muy presente también en la película de Felipe Vega ‘El techo del mundo’, del que recoge el libro un trozo de su guión.

De esta tierra son, además de Llamazares si lo consideramos de La Matica ante la muerte de Vegamián, Jesús Díez, Gregorio Fernández Castañón, Javier Menéndez Llamazares, Isaac González y en La Vecilla tiene casa Ángeles Caso.

Jesús Fernández Santos vivió en el molino de Cerulleda y Felipe Vega llevó esta comarca al cine
De esta tierra escribió Delibes en su artículo ‘Los gallos de Boñar’, en referencia a los famosos gallos de pluma de esta comarca;por la Vecilla pasa la ‘Cuerda de presos’ de Tomás Salvador y el Curueño está presente en ‘Volverás a región’, del ingeniero Juan Benet, constructor del pantano de Vegamián.

Gamoneda, Colinas, Leicea, Agustín Delgado, José María y Ana Merino, Trapiello, Ildefonso Rodríguez, César Gavela, Melchor Riol, Antonio Manilla, José Carlón, Nacho Alonso... son algunos de los afluentes del Curueño.
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