El Consejo Escolar de Castilla y León acaba de emitir un informe en el que asegura que los deberes son uno de los ‘pilares’ del proceso educativo. Sin embargo, lo que propone en dicho documento, que ya ha enviado a la Consejería de Educación, es que las tareas que se encomiende a los niños para realizar en sus hogares sean individualizadas: adecuadas a la edad, nivel y necesidades de cada alumno, por capacidades.
El informe elaborado por el Consejo Escolar de Castilla y León lleva por título ‘Oportunidad de los deberes escolares. Sugerencias y orientaciones’. Consta de 24 propuestas y ya ha sido enviado a la Consejería de Educación. En él se advierte de una tendencia «bastante generalizada» de proponer a los estudiantes deberes «uniformes» que no atienden a la heterogeneidad y la diversidad de los estudiantes.
El Consejo Escolar advierte de una tendencia general de proponer deberes que no atienden a la diversidad de los estudiantes Aunque el informe del Consejo Escolar no tiene carácter preceptivo ni busca convertirse en una norma obligatoria, sí realiza una serie de recomendaciones y propuestas que pueden ser objeto de debate en el seno de la comunidad educativa.
«El objetivo es arrojar cierta luz ante las posturas distantes que hay sobre los deberes», señaló el presidente del Consejo Escolar, Marino Arranz, durante la presentación del documento. También se busca, dijo, «acercar escuela y familia e implicar a la Consejería de Educación de la Junta».
Otra de las recomendaciones que apunta el informe es que cada centro o equipo docente acuerde la calificación o no de algunos deberes escolares y su porcentaje de influencia a la hora de poner la nota de evaluación.
De cara a la administración, aboga por proporcionar «alternativas» para realizar los deberes, propuestas que abarcarían las aulas abiertas, más horas de estudio, las bibliotecas o los apoyos y refuerzo de profesorado.
Otro de los aspectos que recoge el citado informe es que el hecho de que el profesorado asigne deberes para realizar en casa «no sólo supone un esfuerzo extraescolar al alumnado, sino que también es un plus para la mayoría de las familias. El esfuerzo se da por bueno en aquellos casos en quelos deberes están bien valorados por las familias». En este sentido, recuerda el documento, citando un informe sobre el tema de 2001, «la discrepancia entre el esfuerzo que realizan las familias y el percibido por el profesorado puede ser motivo de conflictividad en la relación entre ambos agentes educadores».
Por edades y etapas
En cuanto a las recomendaciones sobre el volumen de deberes, si los hay, el informe señala que la cantidad y tiempo de los deberes escolares dependerá de la edad y de la etapa educativa a la que pertenezcan los alumnos. «Para evitar un exceso de tareas es fundamental la coordinación entre el profesorado, para disponer del conocimiento del conjunto de deberes escolares del alumnado».
Por parte de la familia, el Consejo Escolar sugiere que deben proporcionar al estudiante un clima de trabajo adecuado en casa y ayudarle a preparar el material que va a necesitar, así como fomentar los hábitos de trabajo. También conviene, dicen, establecer una rutina diaria para la realización de los deberes, si los hay, con un tiempo programado, para facilitar que haya un mejor rendimiento por parte del alumno.