"De la raza de los sueños cumplidos"

Nemesio Diez se fue con 14 años a México en busca de los sueños de tantos y los cumplió. Ayer su hijo Valentín inauguró la Fundación que lleva su nombre

Fulgencio Fernández
03/05/2015
 Actualizado a 18/09/2019
El hijo de Nemesio Diez rodeado de su mujer y la embajadora de México en España, junto al presidente de la Junta Vecinal. | MAURICIO PEÑA
El hijo de Nemesio Diez rodeado de su mujer y la embajadora de México en España, junto al presidente de la Junta Vecinal. | MAURICIO PEÑA
"Estaba a punto de ser capturado en Lois cuando decidió escapar hacia México. Sólo tenía 14 años". Así contaba ayer el empresario mexicano ValentínDiez los recuerdos que tenía de la marcha de su padre (Nemesio Diez Riega)desde Portilla de la Reina, su pueblo leonés, hasta el país que le acogió y en el que logró hacer una gran fortuna.
Es una historia más de aquellos sueños de tantos. Una historia que prende en los viejos filandones cuando los niños escuchan en las largas noches de nieve las historias de los que se fueron a Ultramar e hicieron fortuna.

La de Nemesio era una de aquellas familias numerosas, humildes, luchadoras. Él era el mayor de los ocho hijos de Eustaquio Diez y Valentina Riega. Nació el 19 de diciembre 1909 y después fueron viniendo al mundo Alfredo, Cecilio, Francisca, Joaquín, Ángeles, Oliva y Porfirio. Muchos platos a la hora de comer en una casa humilde. En la mente de aquel niño, el mayor,Nemesio, fueron tomando cuerpo los sueños de los indianos, los de los triunfadores, que era de los que se hablaba, nunca se habla de los derrotados. Y aquel chaval que cuidaba el ganado, que resistía en los montes y luchaba contra el frío se plantó en México, con 14 años, con sólo 14 años, casi un niño. Llegó a San Miguel de Allende, donde tuvo su primer trabajo, en 1924, en la empresa Fidel Dobarganes y Compañía. «Siempre se cuenta la historia de cuando ya le iban las cosas muy bien, pero él jamás olvidó aquel primer trabajo en San Miguel, la empresa Dobarganes se dedicaba al almacenamiento de grano y mi padre recorrió las plantaciones y después dormía en los propios almacenes del grano», recordaba ayer su hijo Valentín Diez, quien añadió para completar la explicación que «mi padre era un digno representante de esa raza, aún no extinta por suerte, de los que se forjaron a sí mismos a base de hechos y no de palabras,de los que jamás se daban por vencidos al primer descalabro».

Cree su hijo que aquellos primeros años de su infancia en las montañas de León fueron un excelente aprendizaje para la no menos dura batalla en San Miguel de Allende, donde una calle recuerda su paso por aquella ciudad.

Pero la ciudad que más marcó la vida del leonés de Portilla de la Reina fue Toluca. Una de las fotos que se pueden ver en la Casa Museo de Nemesio Diez, inaugurada ayer en Portilla, dice:«Pablo Díez (el indiano leonés de Vegaquemada que montó el imperio Modelo)comisionó a Juan Sánchez Navarro para que hiciera entrega de la Distribuidora Modelo en Toluca a Nemesio Diez». Fue un momento fundamental en la vida del leonés de Portilla, gracias a la confianza que en él depositó el leonés de Vegaquemada que, advertía ayer Valentín Diez, «pese a ser leoneses ambos, haber hecho fortuna en el grupo Modelo ambos y apellidarse Diez los dos no les unía ningún parentesco».
Las imágenes de aquellos tiempos (en 1944 se hizo cargo de la Distribuidora en Toluca)nos hablan de la realidad de los mismos, un antiguo modelo de camión con ruedas de hule rígido lleva el letrero de Modelo y a la lado está el mismo anagrama en una preciosa fachada de la sede del grupo en Toluca. «Quienes son ahora nuestros socios en el grupo Modelo no les pareció un lugar interesante para sede y yo no dudé en comprarlo, es bello y está lleno de recuerdos, pronto será la Casa de Cultura del Estado de México en Toluca», explicaba ayer Valentín Diez a los vecinos de Portilla que en muchos momentos le interrumpieron con aplausos, sobre todo cuando citaba a Portilla o a alguno de sus vecinos.

La carrera empresarial de Nemesio Diez, el niño de Portilla, ya estaba lanzada. "No fue fácil, pero siempre puso mucho empeño, creatividad y talento". Ycomo prueba de una de estas características, la creatividad, explicó su hijo una de las iniciativas más recordadas en México: La Caravana Corona (la cerveza Coronita es el producto estrella del Grupo Modelo). "Era una caravana artística, por la que pasaron gente muy importante como una mujer que fue esposa de un presidente de Mexico, y que iba recorriendo las ciudadescomo publicidad de las empresas, fue un éxito, hasta tal punto que cuando le pidió permiso a la citada esposa del presidente para citarla e incluir sus fotos me contestó que estaba muy orgullosa de haber estado en la Caravana".

Éxitos que le supusieron ‘ascender’ en el grupo hasta ser llamado aa ocupar la Gerencia de Ventas y posteriormente a la Vicepresidencia y a la Dirección General de Ventas del Grupo Modelo, en el que fue abriendonuevas distribuidoras y se calcula que llegó acrear 25.000 empleos en toda la República Mexicana, lo que le granjeó un cartel de gran empresario.

Sin olvidar su pasión por el fútbol, que le llevó a ser el presidente y mecenas del equipo de fútbol de la ciudad, el Toluca. Bajo su mandato llegó a ganar 6 de las 10 ligas que tiene en sus vitrinas.

Todas esas memorias, todos esos recuerdos, todos esos nombres... regresaron ayer al lugar de donde habían salido hace 91 años, Portilla de la Reina. Fue el viaje de regreso de quien se fue siendo un niño y regresó convertido en leyenda. Recuerdos que llegaron de la mano de su emocionado hijo, Valentín Diez Morodo, de su mujer Marina, de la embajadora de México en España y de otros familiares. Los recibió elpresidente del pueblo, Fernando Domínguez Vacas, conel alcalde y muchos vecinos. Todos ellos están allí, en la Fundación, en el remozado edificio que la familia primero compró y después acondicionó, justo enfrente de la casa familiar, que también ve detenido su deterioro.
Archivado en
Lo más leído