De héroe en Filipinas a topo en la Sobarriba

Los últimos de Filipinas vuelven a ser noticia por la película que se acaba de estrenar (y un ensayo)y con ellos el leonés que estuvo en la gesta, Sixto Muñíz, otro vinculado a León, García Quijano, o la actriz Alexandra Masangkay

Fulgencio Fernández
04/12/2016
 Actualizado a 18/09/2019
Sixto Muñiz, después capitán, el leonés de ‘Los últimos de Filipinas’.
Sixto Muñiz, después capitán, el leonés de ‘Los últimos de Filipinas’.
El gran Manu Leguineche escribía: "En la iglesia de Baler (provincia de Aurora) hay una placa metálica colocada en 1939 por el Presidente Quezón. Recuerda la gesta de tres docenas de soldados españoles que, rodeados por los patriotas filipinos, no sabían que la guerra había finalizado en 1898. En esta iglesia resistieron el asedio hasta el 2 de junio de 1899, cuando los patriotas filipinos todavía continuaban con la guerra, pero ahora no contra los ‘kastilas’ (españoles), sino contra un mucho más poderoso enemigo: EE.UU". Y recordaba que aquellos 33 españoles (los que sobrevivieron, murieron 24) estaban "harapientos, enfermos, y débiles por no tener nada que llevarse a la boca. Aunque también valientes y decididos a dar hasta la última gota de sangre por su país y el último territorio español ubicado en Filipinas: una pequeña iglesia para la que esperaban refuerzos que jamás llegaron". Han pasado a la memoria colectiva de los españoles como "los últimos de Filipinas", una expresión que se ha extendido a todos aquellos que resisten contra viento y marea.

Ahora, una película que se estrena estos días (y también un ensayo)recrean aquella increíble gesta, en la que estaba un leonés también increíble, el soldado Sixto Muñiz, que con el tiempo sería capitán. Pero también algunos de los descendientes de ‘otro de los últimos’, el cabo palentino Jesús García Quijano, residen actualmente en León, donde llevan muchos años asentados.

El leonés había sido hecho prisionero por los filipinos y después por los americanos, no regresó hasta 1900  Pero la epopeya de Sixto Muñiz en Filipinas sería aún más complicada que la de la mayoría de "los últimos", según recuerda su nieto Pepín Muñiz. "Él había caído prisionero de los filipinos y estuvo cuatro meses preso en la cárcel de Batangas, donde siempre nos dijo que había sido tratado correctamente, tanto que se enamoró de la hija de un cacique de la tribu;pero el padre decidió que debían casarse y mi abuelo no dudó en lanzarse al mar con algunos compañeros, en una barcaza que naufragó y fue hecho prisionero por los americanos, con lo que no fue liberado hasta el 5 de abril del año 1900, y no llegó a España hasta el 8 de junio, siendo el último de los últimos, por eso no aparece en la famosa foto de ‘los últimos’ a su llegada a Barcelona".

Y en 1903 se casó con la madrileña Agustina Alique. Yen 1906, estando al servicio del Rey Alfonso XIII resultó herido en el atentado del anarquista Mateo Morral contra el monarca, aunque no de gravedad.

El capitán Sixto Muñiz

El que con el tiempo sería capitán Sixto Muñiz, a su regreso a España primero y a su tierra después, fue el único leonés de nacimiento que integró el grupo de ‘los últimos de Filipinas’, y uno de los que relató las penurias que habían pasado, algunas de ellas en un recordado programa de televisión con el entonces famoso reportero Manolo Alcantara. Aventurero por naturaleza, Muñiz después de regresar de Filipinas participó en otras misiones del Ejército español en África, en las primeras décadas del siglo XX, estando también presente en la famosa masacre del Barranco del Lobo. Finalmente ya regresó a León, donde estaba, y era capitán, cuando estalló laGuerra Civil, en 1936.

A veces bajaba de noche a ver a su mujer y a los nietos les decían que era «Pedro el de los caballitos»Su nieto Pepín Muñiz recuerda, "como me lo han contado que yo aún no vivía", aquellas fechas. "El abuelo tenía relación con muchos de los que fueron fusilados —Castaño, Armesto, Vela...—y cuando estos confiados decían que no pasaría nada él ya desconfiada, ya había estado en Filipinas, en África, y sabía que estas ‘asonadas’ pueden acabar muy mal. Y se fue hacia la Sobarriba, de donde era él, y el tiempo ledio la razón pues tuvo que permanecer cerca de diez años como topo, escondido en unpajar de Represa para salvar su vida".

Señala su nieto la enorme paradojaque supone el hecho de que después de que "le llenaran el pecho de condecoraciones por lo de Filipinas y África, también por lo del atentado del anarquista Morral contra Alfonso XIII, resulta que querían asesinarlo, y lo hubieran hecho".

El Represa fue acogido por un matrimonio de "labrantines y hombres sencillos" (en expresión del propio Muñiz), Amalia y Cayetano, que le escondieron enel pajar. "Algunas noches bajaba andando a ver a la abuela y a los nietos nos decían que era el señor Pedro, el dueño de los caballitos, y al día siguiente nos daban fichas que habían comprado para darle mayor verosimilitud al relato", recuerda su nieto.

El cabo Jesús García Quijano

Otro de ‘Los últimos de Filipinas’ fue el palentino Jesús García Quijano, cabo, que en la actualidad parte de se familia lleva muchos años residiendo en León. Un bisnieto de éste, Jesús Valbuena García, ha realizado un documentado trabajo en el que analiza y contextualiza primero la gesta de ‘Los últimos’ y después ya se centra en la figura de su bisabuelo, el cabo, que fue uno de los personajes más destacados de esta epopeya.

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