Corro de Vegaquemada: "Ojo, que hay que roelos"

El veterano Ibán recupera el liderato con su victoria y Moisés continúa el asedio a la primera plaza al vencer junto a Rodri y Caberín

Fulgencio Fernández
13/08/2017
 Actualizado a 18/09/2019
Moisés Vega volvió a estar intratable en Vegaquemada y sumó otro corro más.
Moisés Vega volvió a estar intratable en Vegaquemada y sumó otro corro más.
Ver un corro con El Fleta es un privilegio, por todo lo que ya ha visto, por lo desapasionado de sus juicios pese a ser el abuelo de Ibán y por su gracia.

- Tu es que ya estás de vuelta de todo.
- De vuelta no, de segunda vuelta.

Y cuando le dices en ligeros que los chavales ya irán cogiendo el puesto de Ibán y Javi él habla bien de ellos, «son fuertes y buenos y tendrán ganas, pero a Oblanca, ojo que hay que roelo». No incluye a Ibán porque va en la sangre y porque, además, tiene pasión por su gran rival, Javi Oblanca.

El Fleta, que ya está de segunda vuelta, tal vez recuerde aquella expresión que hizo furor hace décadas con el Pontevedra en Primera División y cuando los grandes iban a Pasarón a ganar el partido desde Galicia avisaban, «ojo, que hay que roelo». O tal vez sea un dicho más de los muchos que tiene.

El caso es que define bien la cosa. Hay que roelos a los veteranos Ibán y Javi , que ayer en Vegaquemada se metieron nuevamente en la final después de apear en semifinales a los que deberían ser, y son, sus rivales más directos. Pero los dos ‘ilustres’ convirtieron las semifinales en una clase de buen hacer.

Ibán esperó a Busi y, como imaginaba, el de Valverde se lanzó a por él y le devolvió una mediana que pareció dejar a Busi en fuera de juego para el resto del combate.

Javi Oblanca se veía con ese Filín que siempre deja detalles para el recuerdo, pero ‘La Cátedra Ambulante’ de Villabalter abrió el baúl de los trucos para las ocasiones y tampoco le dejó ni pensarlo.

Los dos a la final. Ahí ya no hay sorpresas. Se conocen. Se esperaron. Cuando uno iba el otro ya estaba pero a falta de 31 segundos Ibán cazó a Javi, que fue capaz de darle media pero tenía tan claro que no había solución que en los últimos segundos levantó la cabeza, sonrió y se abrazó a Un Ibán que recupera el liderato en un día difícil para él, que amaneció con kilo y medio de sobrepeso (la fiesta del pueblo, la cena...) y se pasó la mañana organizando un perfecto corro de lucha de base. Claro que «hay que roelo» a este veterano ejemplar porque él no va a regalar nada.

Medios empezó con un disgusto, por un rollo de fichas no pudo luchar Sergio, el ingeniero de Cistierna que lleva años trabajando en Inglaterra y regresa para el corro de Vegaquemada, donde hace papeles excelentes. «En los dos años que he luchado nada más llegar me metí en la final. Este año ya no...».

Otro que dice que se le daba bien Vegaquemada pese a ser en medio de las fiestas de su pueblo es Víctor Llamazares. «Un año volvía de las Celtas, tenía miedo a no entrar y no comí en todo el día, de viaje... Y gané».

Pero el año está siendo duro para el de Valderrueda y a las primeras de cambio se cruzó con Rubo y quedó eliminado.

Gasi, sin embargo, decía que iba «a nada» pues está Valduvieco en fiestas. De hecho no tenía muy claro cómo iba aquello y después de empatar a caída en primera ronda preguntaba: «¿Pero paso yo... o no?». Después se metió en la final, derrotando a Arce, y sus rivales le bromeaban: «Menos mal que venías a nada, que si vienes a ganar».

Pero en la final le esperaba Moisés, que ya había vencido a Rubo, y bajo la atenta mirada de su hermano Ángel —¡qué gran luchador y lo dejó!— tenía claro que iba a seguir el acoso a ese liderato que se le alejó un poco. Fue más roca que nunca. Otro corro al cesto.

Rodri nunca avisa si llega  en modo ‘Perla’ o ‘Vago’


También pesados empezó con pena. No estaba en la presentación Alvarado, lesionado, ni Guti, el de Prioro, que ya en el anterior corro hablaba de cansancio porque «no acabo de verme bien». Que sólo sea por un día, que tipos de su calidad no sobran ni para los calentamientos.

El Suave, una especie de Miguelín que también lo ha visto todo, es un apasionado de Rodrigo Fuentes, pero él siempre dice lo que ve: «Lo que pasa es que unos días viene en modo Perla, y no hay otro igual, y otros en modo Zángano y me dan unas ganas de darle una colleja...».

Ayer apareció La Perla. Falta le hace a este peso que ayer sólo tenía 7 efectivos. Ycuando es Perla puede pasar, como pasó, que no le deje a Tomasuco que le de ni media caída, que ya es complicado. Puede pasar, como pasó, que en la final le de una cadrilada a Sansón Cabero en un segundo, bien es cierto que el de Valdearcos se la devolvió en otros ocho segundos más, pero remató Rodri, que no parecía dispuesto a dejarse llevar el corro después de haber sido él quien apeó a Tomasuco.

Amuchos aficionados les hubiera gustado que se llevara el corro el otro finalista, el entrañable Sansón Cabero, que está haciendo un muy buen año, que derrotó a Cristian en la primera vuelta y en semifinales a un Lixer con el que hay que contar, está en una forma espectacular y es luchador, lo que pasa que comenzó «poco luchado».

Total, que con Rodri en modo Perla es normal que La Perla gane.

El soldado ‘Caberín’ pone orden en la tropa ‘rebelde’


Cuando comienza la presentación de pesados los aficionados suelen comentar: «Aquí, lo normal es que gane Caberín». Y es que el de Valdearcos vuelve a dominar como hizo muchos años.

Pero en los dos últimos corros al soldado (o mando, n o lo sé)de nuestras tropas se le habían rebelado y, concretamente, Roberto Bulnes le derrotó en Lugueros y La Vecilla.

Por eso, ayer en Vegaquemada parecía dispuesto a poner orden en las tropas y nuevamente volvió a ganar con solvencia. Lo intentó todo un Omar Liquete que ya se desespera nada más que escucha el sorteo y les toca emparejarse. No se puede decir que tire la toalla, pero tampoco se puede decir que haya encontrado la fórmula para plantarle cara y después de caer con una cadrilada de ejecución de libro reconocía: «Yo, la verdad, ya no sé qué hacerle... pero lo voy a seguir intentando».

Quien tampoco tiene la fórmula para derrotar a Abel Isaí Cabero es Aitor, el de Puebla de Lillo que ya se asentó en pesados, aunque con poco peso. No tiene el antídoto para Caberín pero el pariente del gran Tomás Domínguez ya estaba feliz con verse en la final, con recuperar la tercera plaza, con regresar para Lillo con trofeo...Y ayer lo consiguió.

Como logró Caberín poner orden en la tropa y marchar de los corros como está acostumbrado, con el trofeo de campeón. Aunque el largo fin de semana sólo acaba de empezar.
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