Corro de Liegos: "La lucha no sabe de ‘rojos’, siempre te dan la revancha"

Ibán y Tomasuco le devuelven a Oblanca y Rodri ‘la moneda’ de Taranilla mientras Moisés y Caberín suman otra victoria más

Fulgencio Fernández
15/08/2017
 Actualizado a 07/09/2019
Moisés no sabe de revanchas, volvió a ganar a Víctor y ya es líder. | F. F.
Moisés no sabe de revanchas, volvió a ganar a Víctor y ya es líder. | F. F.
Liegos sigue siendo un lugar especial en esto de la lucha leonesa. El doctor Martín decía lo definía diciendo que «aquí se respira paz». Lo cierto es que tiene otro sabor la lucha, que sus gentes acogen como nadie y en las gradas corren las historias, porque el pueblo se reúne y recuerda historias.

Y recuerdan a los suyos. En Liegos siempre hay un momento para que desde el Club San Pelayo, el organizador, se homenajee a los que escribieron la historia. Este año fue para un tipo muy entrañable, el ex luchador José Luis Álvarez, padre de Nacho, uno de aquellos chavales de «la escuadra». José Luis había sido luchador de fuerza y después aficionado apasionado, conversador horas y horas, sobre todo con Carlos el de Lario. Aún recuerdo el debate de hace dos años —después del polémico combate con lesión de Clemente ante El Guanche— sobre qué luchador podría ganar al canario. Hablaban de Orestones, de Dionisio Serrano... y José Luis tuvo una salida de las suyas: «A este no lo tira ni aquel curón grande que hubo aquí, que cuando de daba volabas varios metros».

Liegos huele a viejas conversaciones, a historias, y siempre surge la anécdota de otro comarcano que nunca faltaba en Liegos, Miguelín el de Acebedo. Tenía una expresión que venía como anillo al dedo a lo que se comentaba que estaba ocurriendo ayer según se desarrollaba el corro. La decía como réplica a la frase que se suele decir cuando alguien pide la revancha de una derrota anterior: «¿Revancha? La que le dio Franco a los rojos». Y entonces Miguelín apostillaba: «La lucha es el único deporte que no sabe de rojos, siempre hay revancha, y la mayoría de las veces al día siguiente».

Ibán le devolvió la moneda a Oblanca y los dos son líderes; Tomasuco a Rodri, y hoy al pueblo de La PerlaY es que ya en ligeros se produjo la primera. Nuevamente se metieron en la final los dos ilustres del peso: Javi Oblanca e Ibán El Guerrerín. El Taranilla había sido el de Villabalter el ganador y ayer fue Ibán quien no cometió errores ante un Oblanca que está impresionante, pase lo que pase al final. La victoria de El Guerrerín —en un combate trabado, típico de dos que se conocen mucho y saben aún más— propicia un empate por el liderato de la clasificación general. Increíble y para celebrar, lo que hace que nadie se pierda ligeros, donde Busi nada pudo hacer en la semifinal con Ibán.

Pronto llegó, en medios, otra prueba de que en lucha no hay ‘rojos’pues a las primeras de cambio le llegó a Rubo la posibilidad de medirse ante quien le apeó en Taranilla de los puestos de honor: Albertuco el de La Vecilla. Y se tomó la revancha, ayer sin golpe en la cabeza pero cayó ante un Víctor Llamazares que ya se parece a Víctor Llamazares.

Así las cosas —sin Arce y con Gasi derrotado por Agustín Alvarado entre comentarios de que «las fiestas de Valduvieco son más largas que la feria de abril»— la final servía otra nueva revancha, la de Taranilla, entre el citado Víctor y Moisés Vega. ‘La Roca’ de Cistierna pronto le dejó claro a Víctor que no quiere saber nada de revanchas y a los dos segundos ya le había dado la primera entera. Remató en poco más de veinte segundos y se fue a curar pues tan cierto como que domina la categoría lo es que se deshace la cara casi en cada corro. «Vas a matar a disgustos a tu novia», le dicen y le arrancan una sonrisa, que no es fácil.

‘Rodri’, ni Perla ni Zángano


Ocho en semipesados. Y dos preguntas en el aire: «¿Soportará Tomás otra derrota? ¿Qué Rodri veremos, La Perla o El Zángano?». Pronto llegaron las respuestas. El Tomasuco que ganó a Sansón Cabero no era el de Taranilla y Rodri mostró su cara buena ante un Guti que siempre es una buena piedra de toque.

Es decir, que además de la alegría de Marcos Días de verse entre los mejores al ganar al valdeonés Gonzalo, se dibujaba en el horizonte otra final con visos de revancha: Tomasuco-Rodri.

Y llegamos a ella. Con muchas ganas de verla, que es tanto como decir con ganas de buena lucha. Y nos la regalaron, una final nada táctica, abierta, en pocos segundos Tomasuco tenía caída y media y Rodri una entera. Todo era posible y resultó que Tomasuco tenía muchas ganas de volver a la senda de la victoria y volvió, pero no hizo falta que Rodri estuviera en modo Zángano pues ante el de La Vecilla siempre se puede perder.

Y ya estábamos en pesados. No cabía la revancha por el título pues Roberto Bulnes no acudió a la cita.

Pero sí hubo otra revancha, la de dos que se ven cada día: Liquete-Aitor. Volvierona empatar y los árbitros ayer se decidieron por Liquete, que tenía su propia peña entre los chavales que habían venido a luchar por la mañana.

Buen día para los Quiñones. Álvaro fue cuarto y Jesús se metió en la final después de una entera de bella factura ante Omar Liquete.
Pero en la final estaba Caberín. Dominador y contundente. Se acabó. Tampoco quiso dar revancha Abel Isaí.

Bea Riaño, Paula y Vanessa ganan, con solo 9 inscritas


Abrió la tarde la categoría femenina, con solo 9 inscritas a las que no se puede pedir más pues en los ‘poco’ que lucharon ofrecieron mucho.

En ligeros la revancha es permanente entre Bea Riaño e Isabel Justel, dos casi niñas con mucha raza y ganas. Bea con solo 12 años llegó a un corro, no había de su peso y quería luchar en senior, miedo el justo, ninguno.

Disfrutaron los aficionados con su final. Muy igualada, fueron a la caída de oro y la de Cistierna se llevó el gato al agua en el último tren, bajo la atenta mirada del ex luchador Jesús Riaño, su padre, al que la niña ha vuelto a reenganchar a los corros.

Medios parece ‘a priori’ la categoría de Nerea Lorenzo, una luchadora que suma artes de judo (tal vez muchas) y de lucha leonesa en una mezcla que ha convertido la inusual maña de la gocha en un arma mortal en sus manos. Pero ayer se encontró en su semifinal con una de las gemelas de Puente Almuhey, Edili, y chocó con su raza y la calidad.

Se vieron en la final las hermanas. Todo puede pasar entre las García pero la victoria fue para Paula, la que pasa por ser la mayor o que, al menos, ayer lo fue, en una buena tarde para esta entrañable familia.

Solamente dos también en pesados, es decir, una final entre Vanessa Santos y Lucía la de Prioro. La primera demostró que es la campeona de la categoría pero la de Prioro demostró que puede llevar la bandera de su pueblo, al que precisamente llega hoy la lucha, donde también habrá categoría femenina o ojalá que sean más.
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