100 años de mucho más que educación

El Centro Divina Pastora de Benavides conmemorará su centenario en compañía de los vecinos del pueblo, que agradecen a sus monjas su dedicación al cuidado de los niños

Patricia Ferrero
20/02/2017
 Actualizado a 15/09/2019
Exterior del centro Divina Pastora de Benavides. | P.F.
Exterior del centro Divina Pastora de Benavides. | P.F.
Para Benavides el centro Divina Pastora es mucho más que un colegio. Es la historia de centenares de personas de la localidad. Niños, ahora adultos, que encontraron en este lugar su cobijo, a su familia e incluso algunos hasta su vocación.

La actividad de este centro se remonta a 1917; año en el que el obispo Antonio Senso Lázaro decreta, de acuerdo con el gobierno central, la inauguración de las instalaciones. Sin embargo, el local habilitado para ello no cumplía las condiciones mínimas higiénicas ni de tamaño, por lo que se recaudaron fondos para la edificación de un colegio de nueva planta. Fue inaugurado oficialmente en 1921.

A partir de aquí el recorrido del Divina Pastora es largo e intenso.

Al centro llegaban niños sin recursos y huérfanos de los que se ocupaban y les daban una educación "integral" Los comienzos fueron escasos, según relatan algunas de las monjas que residen y trabajan allí actualmente. Pero año tras año fueron llegando cada vez más usuarios y el Divina Pastora pasó a ser el destino de muchos niños –llegaron a tener hasta cien–. Llegaban desde muy pequeños, algunos bebés, y en esa época era común la recepción de menores cuyas familias carecían de recursos, o de huérfanos. Allí tenían un hogar en el que crecer. Recibían cuidados, cariño y formación académica acompañada de valores sociales. También desarrollaban actividades culturales como teatro, deportivas e incluso de formación profesional. «Se daba una educación integral enfocada en la cultura en general», relata Pilar Martínez, la actual superiora. «Siempre hubo escuelas, pero aquí se enseñaban más cosas que lo puramente académico».

El centro pasó por varias etapas, adaptándose a los tiempos y circunstancias sociales, así como por diferentes reformas de las instalaciones. Pasó de ser casa de acogida a colegio, a escuela-hogar en los setenta, con 90 plazas escolares y un grupo de F.P, cuya antorcha siguió viva hasta 2003. Los últimos años fue guardería pero en 2008 el Divina Pastora, por mandato de los Superiores Mayores, anunció que no podía ya seguir con los niños, ya que las religiosas que se ocupaban de su cuidado envejecían y cada vez eran menos en número. Al siguiente curso cogió el testigo el propio Ayuntamiento de Benavides.

Felisa, una de las hermanas que más tiempo lleva en el centro, recuerda lágrimas al cierre del colegio que tanto fue para Benavides y la comarca entera, en el que «muchas chicas se hacían hasta su ajuar de boda».

Actualmente, los muros de este centro han quedado relegados a cuidar –ayudadas por profesionales- a las personas que dedicaron su vida al cuidado de muchos jóvenes que incluso llegaban a cumplir allí la mayoría de edad.

Durante décadas, las monjas del Divina Pastora han mantenido una relación cercana y de colaboración recíproca con el pueblo de Benavides. Por eso, este pueblo de la ribera del Órbigo quiere trasladar su agradecimeinto y cariño. Conmemorar una labor que comenzaron cinco monjas, le siguieron muchas más, desde hace ya 100 años.De hecho, muchos ciudadanos, entre ellos antiguos alumnos del centro, participarán en la celebración del centenario, prevista para verano.
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