Yordas, 50 años subiendo peñas

El Club de Montaña Yordas cumple en este 2021 cincuenta años de andadura –de escalada más bien– desde que naciera en 1971 de la mano de un personaje fundamental en su historia, Ramón Lozano

Fulgencio Fernández
19/12/2021
 Actualizado a 19/12/2021
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«Aquel día habíamos estado cuatro compañeros, de los ocho o así que no éramos scouts, haciendo una ruta por Villamanín, y al bajar del tren, tres de nosotros decidimos acercarnos al colegio (los Maristas) porque sabíamos que se celebraba la reunión anual.

Llegamos a la clase donde ya estaban reunidos, y allí Ramón (Lozano) nos comunicó que dejábamos de ser una sección del Club Peñalba, y que nos constituíamos en un club nuevo de montaña. Para muchos era una sorpresa, pues recuerdo que el año anterior había ido a preguntar al representante de la federación en León y nos había dicho que, con los estatutos nacionales,  se requería un mínimo de 100 socios». Así recuerda Marino Palacio cómo nació, hace 50 años, el Club Deportivo de Montaña Yordas; aunque en aquel momento aún no tenía nombre, el bautizo ya fue en 1972: «Nos preguntó Ramón si se nos ocurría algún nombre para el club. Dado que todos éramos unos chavaletes por entonces, los nombres que salían eran de picos famosos. Recuerdo que uno era de los Alpes, otro del Himalaya, otro de los Andes peruanos, y curiosamente, alguien propuso uno del Cáucaso. Alguien propuso el nombre de Yordas y Ramón se sumó rápidamente a la idea».

Y Yordas, nada lejano, fue el elegido: «Quedaron finalistas uno de los andes peruanos y el Yordas, entablándose una reñida discusión, pues por entonces los picos de los Andes estaban muy de moda». Apoyaron Yordas el citado Palacio y otros dos de sus compañeros en la salida a Villamanín, Javier Martínez y Ángel Zancajo, también Ramón Lozano, con lo que ya hemos encontrado a algunos de los pioneros de este club que ahora celebra sus bodas de oro de existencia.

Lozano, además de fundador, fue su presidente desde 1971 a 2002.

La anécdota del nombre y la fundación está recogida en la revista conmemorativa de los 50 años que el Club acaba de editar bajo la dirección de la inquieta y polifacética Conchi Casado Sulé, ingeniera de minas, pintora, amiga del Camino y ahora montañera.

Eulogio Varela, otro pionero, es quien glosa la figura de Ramón Lozano, un personaje fundamental cuya salud no le permite disfrutar de esta celebración que tanto le debe: «Es Ramón Lozano un referente en el mundo montañero, en León y fuera de León, por sus libros e investigación en temas de la montaña; ha sido el arcipreste por excelencia del club, llevando las rutas y preparando todo en unos años en los que el club parecía una gran familia; los recuerdos de las rutas que acababan en Portilla con la chorizada, homenajes y guateque (todo era una fiesta), sin olvidar los Pirineos y salidas fuera de España; en los Alpes, Chamonix y Zermatt... Todo lo preparaba con antelación para que no tuviéramos sorpresas de última hora; aunque a veces surgían y les daba solución rápidamente. En los años que salimos y preparamos rutas para el club, ha sido todo un padre, hermano, amigo y compañero».

Y de entre tantas aventuras juntos se queda con una: «En una de las rutas de Cármenes a Villamanín nos tuvimos que dar la vuelta por la cantidad de nieve que había, los peques subían haciendo túneles como topos, con el riesgo de perder alguno, ¡toda una aventura!».

Entre los integrantes de la ‘familia del Yordas’ tampoco se puede olvidar a Cristino Torío. Él mismo recuerda sus inicios allí: «Conozco a Ramón Lozano desde el año 1967, en que era profesor mío en el Es Ramón Lozano un referente en el mundo mon- tañero, en León y fuera de León, por sus libros e investigación en temas de la montaña; ha sido el ar- cipreste por excelencia del clubcolegio de los Maristas de León. Con él hice mi primera cumbre, el Yordas, el 5 de junio de 1968 y ascendí también al Jultayo, Salguerón, Peñacorada, Cueto Negro, Tesorero y Torre de las Llastrias, entre 1968 y 1971».

Se podría seguir, habrá que volver, en esta ocasión se trataba solamente de recordar un nacimiento y celebrarlo. En la citada revista hay muchos testimonios: Isidoro R. Cubillas, Ana Isabel M. de Paz, Kike y Jesús Calleja... «La trayectoria es dilatada. Y que tantas personas hayan permanecido como socias durante todo este tiempo no es nada casual»; dice el editorial de la revista. No puede ser casual.
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