Ya no beben los peces en el río

03/01/2019
 Actualizado a 17/09/2019
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Los tiempos cambian que es una barbaridad» repetimos cuando no se nos ocurre nada que decir ante lo que difícilmente entendemos. Decía Miguelín el de Acebedo cuando era árbitro de los aluches y había una caída dudosa: «Es de esas caídas que valen para todo, para una entera, sólo para media y hasta para nula; y valen lo mismo para un luchador que para el contrario».

Pues lo de «los tiempos cambian...» también vale para todo y para lo contrario. Sirve para explicar que cuatro jóvenes se congelan de frío sentados en una pared mientras juegan con el móvil y le sirve también a los más viejos del lugar para admirarse cuando ven celebrar la Nochebuena, la Nochevieja... tomando las calles en pantalón corto y corriendo, en masa, conquistando la ciudad para sí.

- Y no corren detrás de nadie; solía decir extrañado Emilio el de Piedrafita.

Y pensar que hace cuatro días estas fechas se movían por otros ritos que ya nada tienen que hacer frente a las ganas de correr. Se acabaron las pastoradas de cada Nochebuena, con Arpegio a los mandos, buscando cada año un nuevo Niño Jesús; se acabaron los niños tocando la zambomba por la Calle Ancha y ahora sigue allí el rubicundo Arty o toman los espacios magos que te sacan un elefante de la cera de los oídos.

Ya no beben los peces en el río. Culpa del cambio climático, el que permite correr el día de Nochevieja en pantalón corto.Cosas veredes amigo Sancho. ¿Quién le iba a decir a Conrado el de La Bañeza que el mismísimo Corte Inglés le iba a robar su idea metiendo grandes regalos en el roscón de Reyes?
Ya no beben los peces en el río.
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