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Y siguen a trompicones

29/11/2020
 Actualizado a 29/11/2020
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La frase, dirigida al PP y voleada en el Senado, es el colmo de la estulticia, la saturación del descaro y el ejemplo de la desvergüenza: «No han arrimado el hombro, politizan la pandemia y ese es su gran error». ¿De quién son estas palabras, quién las soltó? Pues el que mayores trolas ha protagonizado en la política española desde que Franco pasase a mejor vida. O a peor, que nadie lo sabe. El ínclito Pedro Sánchez –permítase la ironía– es el autor de la frasecita y, a su amparo, vuelve a coronarel podio de los trapaceros. Nunca en la historia democrática de este país ha habido un sujeto con una cara tan dura y un desparpajo tan menesteroso como versátil.

Por otra parte –y es cierto–, da la sensación de que el Partido Popular es un almacén de retales o una vieja tienda de todo a cien. Sus líderes (?) continúan haciendo unaoposición de risa, de pan y sardina, mientras que el Gobierno se descojona de ellos y, como dice la nueva liturgia católica, de muchos. Les falta raza y les sobra apocamiento. Son un desastre. Al igual que las ovejuelas modorras, andan, una vez más, aturdidos y sin saber qué camino tomar. Y la tontería ya dura demasiado.

Que el PP aguante, inmóvil, frases de tamaña miserabilidad resulta inconcebible. Ellos, que sufrieron los zarpazos de Sánchez cuando lo de la crisis del Ébola, deberían estar listos y con los guantes de dieciséis onzas calzados, dispuestos para repeler la agresión. Porque si alguien ha politizado la enfermedad, ese ha sido Sánchez. Ya lo hizo cuando lo del virus de África, que en España –recuérdese– costó la vida a dos religiosos infectados, uno en Liberia y otro en Sierra Leona. Y la de un can. El aspirante a presidente salió por entonces en tromba, a voces y codazos, pidiendo dimisiones y responsabilidades al ejecutivo de Rajoy. ¿Los socialistas arrimaron el hombro? No, al contrario, malmetieron. Crearon un crispadísimo clima social y dispararon a diestro y siniestro contra todo lo que se movía. Y a lo que no. Los medios de comunicación afines, y siempre ‘ecuánimes’, se encargaron de la artillería pesada.

Por aquella, el nefando Sánchez denunciaba que Rajoy había tardado «casi una semana en reaccionar tras la aparición de un caso de infección de Ébola». De un caso, oiga, no de cientos –o de miles– como ocurrió durante el pasado marzo con el coronavirus. Y abogaba por una mayor protección física de los sanitarios y la creación de un comité de expertos. Hay que tener jeta con lo que después hizo él: lo contrario. Y, ahora, habla de insolidaridad y politización. Y el PP, en su línea, mudito. ¡Qué huevazos tienen! El PSOE se irá de rositas y el PP, con sus continuas necedades, no se sabe adónde. Pero se intuye.
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