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¿Y si soy inversor?

19/04/2022
 Actualizado a 19/04/2022
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Estos momentos son especialmente apasionantes para ti. Crecimiento de las empresas menor del pronosticado a comienzos de año, elevada volatilidad, una inflación que ha llegado para quedarse, anunciadas subidas de tipo de interés por los Bancos centrales –más en EEUU que en Europa– para paliar en parte la lacra de la inflación, una renta fija que en muchos casos está en negativo y que de ninguna manera compensará la inflación… La cuestión de fondo es dónde centramos nuestra vista: si lo hacemos en el corto plazo, los mercados se mueven por flujos -en estos meses con una potente rotación hacia sectores financieros y materias primas-, liquidez, valoraciones y beneficios. Pero en el largo plazo lo que explica el movimiento de los mercados son los beneficios. Así pues, pongamos nuestra mirada en los activos reales, las empresas, invirtiendo de manera diversificada –por ejemplo, a través de fondos de inversión–, que sean de calidad, con buenos crecimientos, que tengan un nivel de endeudamiento bajo –por las subidas de tipos de interés que perjudican–, con elevados márgenes, con capacidad de trasladar a sus clientes el incremento de costes fruto de la inflación y con ventajas competitivas en sectores de crecimiento, como tecnología y sanidad.

Esta labor de seleccionar este tipo de empresas con beneficios –y que en la medida de lo posible estén ‘baratas’– se la debemos confiar a un gestor profesional que su día a día lo ocupe en «mirar números» y balances, en contacto con los directivos y que no le tiemble el pulso para accionar el botón de compra cuando estas empresas que comentamos se pongan a tiro en esas dos o tres ocasiones que anualmente da el mercado que a veces parece, como decía Santa Teresa de Jesús, «la loca de la casa». Mirar el largo plazo es una característica importante del ‘Slow finance’ que nos permitirá estar centrados en lo importante.
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