Y si hubiera pinchos...

13/10/2017
 Actualizado a 16/09/2019
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Manolo el de Villanueva ya es el no va más del género de convertir la vida en el mejor de los teatros, y encuentra para cada día algo que convertir en espectáculo, en aliciente, en desfile, en celebración... y si hay pinchos, mejor.

Pero para todos nos depara el día a día alguna fiesta que celebrar o a la que nos llevan a sumarnos como corderines. El Telediario predica (y se quejan de los curas) que España se rompe, nadie parece reparar en que –como decía Serafín– será verdad «pero no parte por aquí» y nos enfrascamos en ver quién la tiene más grande, la bandera, y la cuelga, ya sea cara al sol o culo a pared.

Nunca, ni en sus mejores sueños, creyó Puigdemont que iba a estar en las conversaciones de paisanos de Piornedo, Voznuevo, Rodrigatos de la Obispalía o Rodillazo. Nunca, ni en las peores pesadillas, pensé que tendría que ocupar la parte de la conversación de la comida que era tiempo de Justin Beaber o Kaleo para explicarles cómo puede ser lo que no tengo ni idea de cómo puede ser.

¿Cómo puede ser que ese desfile del que decía el mismísimo Mariano que «vaya coñazo» nos vuelva a colocar ante la tele como cuando Fernando Alonso iba a ganar el Mundial?

El caso es tener algo que mirar. Y si hubiera pinchos.
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