Y el grajo echó a andar

Dice el refrán que cuando el grajo vuela bajo hace un frío del carajo. Pues bien, esta semana parece que el pobre no ha podido volar y tiene al país en alerta porque le ha dado por caminar y congelar los termómetros. El frío ha sido sin duda el gran tema de la semana, pese a que, seguramente, lo que más helados nos haya dejado sea la toma de posesión de Donald Trump. El hombre del tiempo ha decidido adueñarse de nuestras televisiones y adentrarse en nuestras casas para recordarnos las bajas temperaturas de puertas para afuera aunque nos empeñemos en decirle que, por lo menos aquí, es lo normal en estas fechas.

Lo más divertido del temporal ha sido, sin duda, los ‘memes’ que los más ingeniosos han hecho circular a través de las redes sociales a parte, claro, de lo bien que se lo han pasado los niños de Murcia (sí, sí, de Murcia) que por primera vez (y, seguramente última) en su vida no han podido acudir a clase a causa de la ola de frío polar que en esta ocasión no se ha cebado en especial con León y alrededores si no con la zona del Levante, donde no parecen –con razón– estar muy acostumbrados a eso de las quitanieves y menos aún a viajar con cadenas en el maletero o neumáticos de invierno.

Una de las imágenes más graciosas de estos días, en múltiples versiones, ha sido la del mensaje ‘El grajo va andando. Repito, el grajo va andando. Corto’, pero ha habido muchas más, como la de los pobres búhos con cara de susto de ‘murcianos viendo nevar’.

Eso sí, según fue avanzando la semana el frío dejó de sorprendernos. Después de estar a -12,9ºC (temperatura mínima registrada durante la madrugada del pasado jueves en La Virgen del Camino) que al día siguiente hubiera -6ºC ya era calor. «Pero que es normal en esta ciudad», insistían en nuestras redes sociales.

Los que estarán eternamente agradecidos al frío por llegar después de la nieve son los amantes del esquí, que por fin pueden volver –con mes y medio de retraso–, a sacar sus esquís o tablas de snow para plantarse en San Isidro o en Leitariegos. También los que viven de ella, que cuando abrieron el pasado miércoles las estaciones leonesas lo celebraron con otro refrán: «Más vale tarde que nunca».