XC aniversario de la coronación de la Virgen del Camino

Máximo Cayón Diéguez
19/10/2020
 Actualizado a 19/10/2020
San Pío X, mediante Breve de fecha 30 de mayo de 1914, declaraba «Patrona Principal de la Región leonesa» a la Virgen del Camino y, asimismo, otorgaba la elevación a primera clase de la celebración de la festividad de los Siete Dolores de la Virgen María, el día 15 de septiembre. En ambas concesiones, la iniciativa y las gestiones, que resultaron determinantes, corrieron a cargo del obispo de León, a la sazón,Mons. José Álvarez Miranda.

San Pío X fallecía el 20 de agosto siguiente. Su nombre en el mundo era Giuseppe Sarto. Cuando sucedió a su antecesor, –León XIII–, era patriarca de Venecia. Conocido por el «Papa de la Eucaristía y de los niños», fue canonizado treinta años más tarde, es decir, en 1954, declarado «Año Santo Mariano» por el Papa Pío XII mediante la encíclica ‘Refulgens Corona’, dada en Roma el 8 de septiembre de 1953, festividad de la Natividad de la Bienaventurada Virgen María, en conmemoración del primer centenario del Dogma de la Inmaculada Concepción, proclamado solemnemente en la Ciudad Eterna, por Pío IX, el 8 de diciembre de 1854, con la Bula ‘Inefabilis Deus’.

La coronación canónica de la Virgen del Camino fue también un empeño personal de Mons. José Álvarez Miranda, quien, en su primera visita, el 15 de mayo de 1917, al Vicario de Cristo, a la sazón Benedicto XV, elevó a éste dicha iniciativa. Acogida favorablemente por el Santo Padre, con la debida autorización de Roma, fechada el 7 de junio de 1917, mediante Carta Pastoral leída en todas las parroquias, el domingo 9 de septiembre siguiente, Mons. Álvarez Miranda anunciaba a sus diocesanos tan fausta noticia anunciando que «debe ser un homenaje oficial y colectivo de la Diócesis y de la región leonesa en honor de su excelsa Patrona y que ha de superar en suntuosidad, esplendor y brillantez a todo lo que hasta el presente se ha hecho en honor y culto de aquella Virgen de los Dolores…».

Al año siguiente, el 1 de abril de 1918, la Hermandad de Señoras de Oración y Honor de Nuestra Señora del Camino, fundada en 1904, abría una suscripción popular con el fin de allegar fondos tanto para la adquisición de la corona de oro y pedrería como para sufragar los gastos que originara el magno proyecto de la Coronación. El éxito fue total. Cuantiosos donativos económicos y la donación de numerosas joyas donadas por damas leonesas, lo hicieron posible.

En noviembre de 1923, dicha Hermandad entregó la Corona al obispo de León. Confeccionada por el prestigioso orfebre y sacerdote asturiano Félix Granda, en sus talleres de Madrid, su coste alcanzó la suma de 36.000 pesetas. Consta de «52 brillantes, 724 rosas, 32 perlas finas, 56 rubíes orientales, 7 topacios y 502 zafiros australianos… todo ello engarzado con platino y engastado en 1.731 gramos de oro fino». [F. Arturo Álvarez, O.F.M. «La Virgen del Camino, en León». 1968. Pg. 183]. Y sus características descriptivas revelan que «es de forma de Corona Real, rematada por una esplendente cruz sobre fúlgido globo, presentando, maravillosamente combinadas en los graciosos grupos de airosas palmas, ángeles bellísimos y otros detalles delicados de exornación. En el áureo círculo de la diadema, entre recuadros de sutilísima filigrana, fulguran los brillantes, primorosamente agrupados. Toda ella es un conjunto armónico, brillando, sobre el oro purísimo, y en competencia, las perlas, los rubíes, los topacios, los zafiros… ¡Todas ellas, joyas que fueron el encanto, el orgullo y la envidia de damas leonesas, las cuales ahora brillarán sobre la cabeza de la Virgen Dolorosa, para testimonio de amor, de devoción, de vasallaje espiritual a la Patrona…» [José González: ‘La Virgen del Camino de León’, 1925, pg. 102].

Se ha escrito que la segunda mitad del siglo XVII fue una época de esplendor de la Virgen del Camino, designada, la centuria siguiente, en 1738, ‘Patrona del Reino de León’, título ratificado, cuatro décadas después, por una Real Cédula de 1778. Ahora bien, de todos los actos de homenaje a la Virgen del Camino desde su aparición, el 2 de julio de 1505, ninguno tan solemne, tan brillante, tan sensible y conmovedor, como el celebrado con motivo de su coronación canónica, que tiene como eje vertebrador la referida proclamación de la Virgen del Camino como ‘Patrona Principal de la Región leonesa’.

En verdad, el 19 de octubre de 1930 fue una jornada memorable. A tan magna solemnidad que evocamos, asistió el S. A. R. el Infante Jaime de Borbón, segundogénito de Alfonso XIII y de Victoria Eugenia de Battenberg. Lo hizo en representación de su augusto padre. Tenía entonces 22 años. Junto a representantes de la aristocracia española, como el conde de la Cimera o el marqués de la Vega de Anzo,fueron testigos oculares del acto altas jerarquías eclesiásticas, como el arzobispo de la archidiócesis, que entonces era Burgos, Manuel de Castro Alonso, y los obispos de Astorga, Antonio Senso Lázaro; de Palencia, Agustín Parrado García; de Santander, José María Eguino y Trecú; de Vitoria, Mateo Mújica y Urrestarazu; de Osma, Miguel de los Santos Díaz Gómara; de Calahorra, Fidel García Martínez; y de Coria, Dionisio Moreno Barrio. El penúltimo de los citados era leonés de nacimiento y el último había sido párroco de Santa Marina la Real.

En aquellos años Juan Moscoso y Moscoso era gobernador militar de Leóny capitán general interino de la Región; Emilio Díez Moreu, gobernador civil de la provincia leonesa; Germán Gullón Núñez, presidente de la Diputación y José Sánchez Fernández-Chicarro, alcalde de la antigua Capital del Viejo Reino.

Con un tiempo excelente, y una asistencia estimada en 70.000 fieles, la ceremonia comenzó a las diez de la mañana. Desde el santuario se trasladó en procesión a la Virgen del Camino hasta la campa, situándola bajo la arcada norte. Portaba la corona el citado alcalde de León, José Sánchez Fernández-Chicarro. Después de la bendición de ésta, hubo misa de pontifical. A continuación, Pedro Segura Sáenz, arzobispo de Toledo y cardenal primado de España, en representación del Romano Pontífice, a la sazón Pío XI, subió al trono de plata de la Virgen, realizado por el platero leonés Antonio de Vega en 1715, y procedió a su coronación. Le presentó la corona el antedicho Infante Jaime de Borbón y Batemberg, asistido por el señalado alcalde de León. Pepe Gracia, famoso fotógrafo leonés, inmortalizó el acto. Arrojando flores, sobrevolaron el cielo leonés nueve avionetas pertenecientes al Aeródromo de León. Durante el acto actuó la Banda de Música del Regimiento de Infantería «Burgos 36», que estuvo entre nosotros desde 1894 hasta su desaparición en 1965. Para tan feliz acontecimiento, Manuel Uriarte Blanco, maestro de Capilla de la Catedral de León, y el religioso agustino, P. Gilberto Blanco Álvarez, compusieron la música, el primero, y la letra, el segundo, del ‘Himno a la Virgen del Camino’.

Finalizada la ceremonia, se celebró un banquete oficial en el salón de sesiones de la Diputación Provincial de León, servido por el Hotel Oliden, ubicado en el edificio donde hoy se halla el Hotel Alfonso V. A la hora de los discursos, el alcalde de León entregó una placa de plata repujada al representante de la Casa Real Española con la imagen de la Virgen del Camino que contenía el siguiente texto: «El Ayuntamiento de León a su Alteza el Infante D. Jaime con motivo de la Coronación de la Virgen del Camino. León, 19 de octubre de 1930».

Aquella misma tarde, la Virgen bajó a León. Y estrenó también el rico manto de terciopelo azul, bordado en oro y piedras preciosas por la Hermanas de la Caridad del Hospicio Provincial, en cuyo centro campea el escudo de León con esta sentida leyenda: ‘La región leonesa a su Madre, 1930’. El pueblo leonés rindió un impresionante homenaje a su Patrona Coronada.

Francisco Roa de la Vega publicó en el actual decano de la prensa leonesa un soneto, que es puro sentimiento, a la Virgen del Camino en su coronación, cuyos tercetos, el primero de ellos escrito en versos de quince sílabas, y el segundo, de dieciséis, lo abrochan así: «Desde entonces no hay un solo leonés que no la aclame, / que por madre no la tenga y que madre no la llame, / que no acuda reverente a los pies de la Patrona / en demanda de consuelos a sus penas y reveses. / ¡Santa Virgen del Camino, guarda tú a los leoneses, / que hoy te ofrendan sus amores al ceñirte la corona!»

Ocho años después, el 9 de mayo de 1938, el Excmo. Ayuntamiento de León designaba «Regidora Perpetua de la Ciudad» a la Virgen del Camino, con la concesión de la pertinente medalla que lo acredita. Posteriormente, el 5 de octubre de 1954, la Excma. Diputación Provincial imponía a la Augusta Señora la primera y excepcionalMedalla de oro y brillantes de la Provincia.

En el Boletín Oficial del Obispado de León, correspondiente al día 28 de octubre de 1930, se resumía con estas afirmaciones la solemnidad de la coronación de la Virgen del Camino: «El acto, o por mejor decir, el conjunto de actos que reseñamos, ha revestido caracteres tales de sublime magnificencia y esplendor, que bien puede decirse que pasará a la historia de León con la brillantez deslumbradora de los hechos más culminantes de las más gloriosas epopeyas».

Máximo Cayón Diéguez es Cronista Oficial de la ciudad de León


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