Wisla Plock 29 - Ademar 22: '25 minutos de sueño y final de rotación'

El Ademar plantó cara durante la primera mitad al Wisla Plock y reservó piezas, sin bajar nunca los brazos, una vez que la sorpresa se convirtió en una misión imposible

Jesús Coca Aguilera
20/02/2021
 Actualizado a 20/02/2021
Khalifa intenta detener el lanzamiento de Mindegía durante una acción del encuentro. | WISLA PLOCK
Khalifa intenta detener el lanzamiento de Mindegía durante una acción del encuentro. | WISLA PLOCK
Durante 25 minutos, el Abanca Ademar soñó con la sorpresa y de la mano de un sensacional Khalifa pensó que el milagro de sacar algo positivo de Plock era una opción. Pero ahí llegó un arreón de los polacos para cerrar la primera parte con un parcial de 5-0, no bajando ya nunca los leoneses la diferencia de los tres goles y rotando mucho y reservando piezas desde el ecuador de la segunda mitad una vez que los polacos se fueron de siete y quedó claro que era una misión imposible.

Un final de rotación después de 25 minutos de sueño, pues el conjunto ademarista completó una primera parte extraordinaria, lastrada únicamente por ese apagón final que le hizo echar por tierra el buen trabajo anterior y con el pero de que en cada uno de sus mejores momentos llegó un parcial del Wisla Plock.

Lo hizo fundamentalmente gracias a las intervenciones de Khalifa Ghedbane, que pese a no estar aún recuperado de sus problemas físicos, lo que obligaba a retirarle en las inferioridades ya que no podía ir corriendo al cambio, no sólo volvía a forzar y salía esta vez de titular, sino que cuajaba una gran actuación con la que mantenía a su equipo en el partido.

Con un Khalifa estelar, el Ademar mandó durante gran parte de la primera mitad e iba 10-11 a 6’ para el descanso Con eso, el buen balance defensivo que ralentizaba el trepidante ritmo que intentaba imponer la escuadra polaca, y un ataque en el que Lucin y Gonzalo tiraban del carro y además se encontraban con un Morawski poco acertado bajo palos, el Ademar llegaba a ponerse hasta en dos ocasiones con dos de ventaja: con el 3-5 y el 6-8, respondiendo en ambas con un parcial de 3-0 un conjunto polaco en el que los españoles Abel Serdio, Álvaro Ruiz y Niko Mindegía tenían un papel muy protagonista.

Con pruebas como la titularidad (efímera) en defensa de Piechowski, Álex Lodos teniendo minutos ya en ese primer acto, Casqueiro reapareciendo tras su gastroenteritis o Carrillo jugando a mano cambiada en el extremo derecho ya que no había viajado Antonio, pero no le perdían la cara al encuentro los leoneses, que se plantaban con un esperanzador 10-11 a los últimos 6 minutos previos al descanso.

Sn embargo, en ese momento se terminaron sus opciones. Los lanzamientos de Szita habían sido el principal sustento en estático del Wisla hasta ahí, cuando aparecía un Álvaro Ruiz que marcaba dos goles casi consecutivos que venían acompañados en uno de ellos de una exclusión, cometía un par de pérdidas el Ademar con especial protagonismo negativo para un Natan que se llevaba la gran bronca de Cadenas y no volvía a pista, e incluso desaprovechaban en el cierre una superioridad que se saldaba con otro error y un contraataque.

En las 2 veces que el Ademar se fue de 2, el Wisla le hizo un parcial de 3-0. Y a su última ventaja respondió con un 6-0 ¿La consecuencia? Que la primera mitad se cerrara con un parcial de 5-0 y al descanso se llegara con la máxima renta del choque, un 15-11 que no hacía justicia a lo nivelado del mismo.

Con un ‘equipazo’ como el Plock enfrente la renta era importante, pero ni mucho menos definitiva. Y de salida intentó volver a nivelarla el Ademar, que llegó a ponerse a tres en dos ocasiones, y cuya gasolina y esperanza llegó hasta el 21-17.

Porque ahí un nuevo parcial polaco, este de 3-0, rompía definitivamente el choque llevando la diferencia a los siete (24-17) que dejaban claro que el Wisla iba a seguir sumando sus partidos europeos por victorias, y que provocaron que Cadenas pidiera tiempo muerto e izara la bandera blanca pensando en lo que le viene ahora por delante.

Cuando el Wisla se fue de 7 mediada la segunda mitad, Cadenas sentó a sus estrellas. La diferencia  nunca pasó de 8 Volvió Carrillo para jugar a mano cambiada, también Lodos y Casqueiro, e incluso en portería salió Honrado, y la mejor noticia fue la confirmación de que, esté quien esté en la pista, el Ademar absolutamente nunca baja los brazos ni desconecta de un choque, no permitiendo que se fuera nunca la diferencia más allá de los ocho y finalizando el partido con esos dignos siete goles abajo.

Un tramo final para evitar sustos y reservar a piezas clave que también sirvió para que Honrado se quitara el mal sabor de boca del debut con un par de buenas intervenciones, para que Lodos se soltara y marcara gol con un buen lanzamiento, o para que Jaime asumiera tiros con los que intentar recuperar una confianza en ataque que parece estar por los suelos desde que la competición regresó tras el parón.

Con tres partidos la próxima semana y opción de hasta cuatro en la siguiente, cualquier otro guión hubiera sido un error. Tiempo habrá para buscar revancha y ‘morir con todo’ hasta el final...
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