Volvieron los antruejos a la plaza de la Veiga de Velilla

Allí donde se junta el Órbigo con el Páramo al Carnaval se le llama Antruejo, una fiesta que trae aires de antaño que, como en Velilla, han sabido bien recuperar y conservar

T.G.
28/02/2022
 Actualizado a 28/02/2022
Un momento del Antruejo de este domingo en Velilla de la Reina. | MAURICIO PEÑA
Un momento del Antruejo de este domingo en Velilla de la Reina. | MAURICIO PEÑA
El Antruejo de Velilla de la Reina no se había ido de la memoria de los más mayores cuando se recuperó a comienzos de los años 80. Fueron los recuerdos los que volvieron a dar forma a una tradición que ahora ya tiene cantera. No hacía falta más que echar un vistazo este domingo a la plaza de la Veiga para contar unos cuantos aprendices de guirrios que ahora tocan la carraca pero que a la vuelta de unos años engancharán a las mozas solteras del pueblo para voltearlas. Lo manda la tradición y en Velilla de la Reina, lo llevan en la sangre. La de Gari lleva fuego, el mismo que portaba este domingo encisnando al personal al que cada año hace reír. Y los toros, y las madamas,  y los enanos, y los gigantes, y las gomias, y la zampa y los espontáneos que echan mano del arca para sacar cuatro ropajes con los que taparse y salir a la calle para hacer el Antruejo como ya lo sabían hacer quienes antes que ellos fueron de Velilla de la Reina.

En esta localidad en la que se juntan las comarcas del Órbigo y del Páramo prende el Antruejo con la fuerza de los ritos y de la magia. Esa es la que acerca cada año a centenares de leoneses a su tarde del Domingo de Antruejo, que es para reír pero también para parapetarse detrás de una tradición que no lleva celofán, ni luces, ni pluma. Es una tradición cuyo disfraz se hace con maderas y telas de saco, con varas recogidas en el campo. Los sonidos no llevan arreglos ni bases artificiales, en Velilla este domingo por la tarde se escuchaba la dulzaina y el tamboril y las esquilas y cencerros prendidas a los cintos que bailaban con el salero de los mozos que se parapetan bajo los toros y las coloridas máscaras de papel.

A la mínima que uno se descuide, restalla la vara sobre el asfalto para llamar tu atención o llega Gari para demostrar que la ceniza mancha. Si eres moza soltera, acabas por los aires, y si te gusta el Antruejo, en Velilla lo vives. Porque lo viven sus vecinos y así lo transmiten. Este martes volverán a ponerse el disfraz para llegar con él a la capital leonesa donde el desfile, a partir de las 19:00 horas, no tendrá neones pero sí la luz de un patrimonio que en León resurge cada año al llegar estas fechas para demostrar la riqueza de la cultura y de las tradiciones de la tierra. La riqueza de los paisanos que pujan porque esto no caiga en el olvido. «Así fue toda la vida». Y que así sea.
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