20/01/2023
 Actualizado a 20/01/2023
Guardar
Qué lectura le influyó en la infancia, le pregunto llena de curiosidad. No sé qué espero escuchar de un escritor tan augusto, tan culto. Pero desde luego no espero escuchar lo que dice, y dice: «Heidi».

El mundo se para. Una niña de enmarañado pelo oscuro se deja caer por un prao haciendo la croqueta. Hay cabritillas correteando. Una perra bonachona llamada Niebla. Las cumbres nevadas de las montañas alpinas. Y de pronto, todo eso desaparece, sustituido por adoquines, estruendo de ruedas de carruajes, casas con ventanas pequeñas, horizonte de edificios, aire quieto, encerrado.

José María Merino me dice que la lectura que más le influyó en su infancia fue ‘Heidi’, la novela de Johanna Spyri publicada en 1880 en Suiza. Esa novela que yo vi a finales de los años 70 en una serie de dibujos animados alemana-japonesa, con personajes de ojos enormes y rostros absurdamente expresivos. Los infinitos capítulos de ese serial se me quedaron grabados en la memoria. Durante un año, me sentaba cada sábado delante de la pantalla en blanco y negro de nuestra salita con los ojos tan abiertos como los de Heidi. Me identificaba totalmente con esa niña a la que sacaban de su paraíso idílico en la montaña y trasplantaban a una ciudad, al ruidoso Fráncfort del siglo XIX; con esa niña que soñaba día y noche con su cielo estrellado y sus montañas lejanas. Su anhelo era mi anhelo, su morriña era mi morriña. Y no respiré hasta que un doctor decretó que estaba enferma de nostalgia y que o la devolvían a sus montañas o se moriría. Yo lo sabía, ¿cómo era posible que los adultos que rodeaban a Heidi no se hubieran dado cuenta?

Era la pérdida del paraíso. Aún siendo muy pequeña yo intuía esa futura pérdida. Y con los años esa pérdida se convirtió en el motor de mi escritura.

Muchas veces pensando en qué lecturas me influyeron de niña, me ha venido Heidi a la cabeza. Pero jamás me he atrevido a articularlo. Me daba pudor. Heidi, ¡tan infantil! Que ni siquiera era una lectura. Después vinieron los libros de verdad, la rebeldía de Peter Pan, las historias de animales de Gerald Durrell, ‘Kerabán el testarudo’, de Julio Verne, una narración deliciosa y viajera sobre un turco que se niega a pagar el paso del estrecho del Bósforo y tiene que rodear el Mar Negro, ‘El libro de la Selva’ o las ‘Crónicas de Narnia’. Fantasía, niños que vuelan, viajes exóticos, animales. Pero siempre, de oleaje de fondo, Heidi.

Creo que la historia de Heidi está en el ADN de todos los que hemos tenido que abandonar nuestros pueblos. Creo que en España estamos escribiendo la intrahistoria de Heidi todos los días. Por eso me sentí tan sorprendida y a la vez tan reconfortada con las palabras de José María Merino: sí, ‘Heidi’ es la historia que más influyó.
Lo más leído