¿Vivimos en el siglo XXI?

Demasiado a menudo en la provincia de León se pone en duda si de verdad vivimos en el siglo XXI. No tiene que ver con algunas actitudes, con algunas infraestructuras (más bien con su ausencia) o con la falta de desarrollo, sino con cosas tan simples como que una simple nevada colapsa todo. A pesar de la intensidad del temporal de estos días, a pesar de que llega antes que el invierno, lo cierto es que no se puede decir que nevada sea más intensa que las registradas en otros inviernos recientes. En la autopista que une León y Asturias sí que afirmaban ayer que no había nevado tanto desde aquella ocasión, que es casi mejor no recordar, en la que 400 coches se quedaron atrapados entre la nieve y tuvo que rescatarlos la UME. En cualquier caso, y pese a las protestas de siempre, pese a los aciertos y los errores de siempre, lo que no se entiende es que una nevada por copiosa que sea deje sin energía eléctrica a prácticamente toda la montaña leonesa, de Valderrueda a Murias de Paredes. Angustia hablar con personas que no tienen calefacción por la falta de luz, que se tienen que calentar como hace un siglo y quieren ahorrar batería del teléfono móvil por si lo necesitan para una urgencia. La energía fue volviendo poco a poco pero a última hora de ayer eran aún cientos de leoneses los que seguían sin suministro, algo que no se entiende cuando en los despachos de las eléctricas se reparten la tajada energética de este país y, además, han sido especialmente dañinas con los intereses de esta provincia.