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¡Viva el Rey! ¡Viva España!

14/08/2018
 Actualizado a 13/09/2019
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De ninguna manera dudamos de la importancia del sistema democrático, a pesar de que los votantes puedan equivocarse y los elegidos dejen bastante que desear. Tampoco añoramos ni las dictaduras ni las monarquías absolutas. Pero entendemos que no es mala idea la de las monarquías parlamentarias como es el caso de España. Por una parte elegimos a nuestros representantes, pero por otra hay una autoridad que no está sometida al vaivén del partidismo político. No perdamos de vista que hay una serie de personas importantísimas en nuestra vida a las que nosotros no hemos elegido: nuestros padres, maestros, médicos, sacerdotes…

Pensamos que para España tras el régimen de Franco ha sido muy buena la monarquía, independientemente de los fallos o limitaciones personales que haya podido tener o tenga la figura del Rey. No vamos a decir que Don Juan Carlos sea un modelo de perfección, pero no se puede negar que ha hecho mucho bien a España, siendo nuestro mejor embajador en el extranjero. Y eso es precisamente lo bueno, que, a pesar de todos los fallos personales, la institución monárquica ha funcionado.

Sin duda ha sido un gran acierto y muy oportuna su abdicación dejando la jefatura del estado en manos de su hijo Don Felipe VI. Conociendo la forma de ser de los españoles no parece que fuera lo mejor tener que andar eligiendo al presidente de la república. La monarquía da más estabilidad y sosiego y es más útil para defender la unidad de la Patria. Hay determinados momentos en los que nada más eficaz que un puñetazo del monarca sobre la mesa. No es de extrañar que a los independentistas les haya fastidiado, con j, que Don Felipe se pusiera en su sitio y dejara las cosas muy claras. Pero dijo lo que tenía que decir. Y lo que tenemos que hacer los españoles es agradecer al Rey su intervención y estar con él.

No sabemos exactamente cómo van a reaccionar en Barcelona el próximo día diecisiete los enemigos de España y del Rey, aunque nos tememos lo peor. Pero tampoco nos sorprende demasiado. Ahora bien, lo que no tendría perdón sería la tibieza o ambigüedad del presidente del gobierno (con minúscula) por contentar a quienes le auparon al poder por la puerta de atrás. Por ello los españoles debemos apoyar inequívocamente a nuestro Rey y tomar buena nota de quienes no saben defender con dignidad no sólo al monarca, sino a España, que en este caso son inseparables. Creo que todo español, independientemente que tenga vocación monárquica o republicana, debería gritar con obras y palabras: ¡Viva el Rey! ¡Viva España!
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