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Visión política

12/01/2020
 Actualizado a 12/01/2020
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Cuentan las crónicas de aquí y de allá que Antonio Silván, el exalcalde de la capital leonesa y ahora concejal y senador, pasó un mal rato durante el transcurso del último pleno municipal de 2019 celebrado la víspera de los Santos Inocentes. Se debatía la moción a favor de una hipotética autonomía leonesa y las posturas de los cinco grupos políticos con representación corporativa se conocían de antemano. Los flases mediáticos habían hecho muy bien su trabajo fechas atrás. De manera, que el documento siguió su curso con los votos a favor del PSOE, UPL y del ‘colega’ de Podemos –ahora con bastón y mando en plaza–, mientras que en contra se posicionaron el Partido Popular y Ciudadanos. Nada nuevo bajo el sol.

En este sentido cabría decir –incluso asegurar– que quienes dirigen la política regional del PP son unos leños. Pasan los años y siguen sin ‘enterarse’ de que la acaparadora Valladolid no tiene nada que ver con León. Absolutamente nada. Ya se encargan los De Santiago-Juárez de turno –los creciditos vástagos de Fernández Mañueco– de recordarlo en cuanto se les presenta la ocasión. Y, así, en la ciudad del Pisuerga, socialistas y ‘populares’ se unen para reclamar que Pucela sea la capital oficial de la autonomía –que, por otra parte, es el sentir colectivo de los nativos castellanos, que se pasan a los leoneses por el forro– y aquí, sus representantes más ‘cualificados’ se pegan un tiro en el pie en cuanto se debate una cuestión arrastrada desde hace décadas. Es lo que tiene ser la voz de su amo en asuntos tan sensibles.

Porque una postura cuando menos inteligente hubiera sido la abstención en el salón de Plenos de San Marcelo. Por estrategia política. Por ‘taparse’ ante la ciudadanía. Por no restarle más aire a la propia organización, que va de ahogo en ahogo y de charco en charco. Y eso, lo de abstenerse como mal menor –que es el caso– se pacta con la dirección regional, la nacional o la madre que lo parió a de fin de mantener la imagen del charrán en el territorio provincial. Dadas las tormentas que se avecinan –que se les olvida– resultaría fundamental para el deshilachado nido del pájaro.

Y Silván, a quien ya se le suponen pelos en cierta parte del cuerpo –sí, en esa– debería sopesar que una buena parte de los votantes del PP aboga por alcanzar para la tierra el título de ‘León solo’. Esos mismos, además, que llegado el tiempo y a su pesar cambiarían la ‘papela’ por sentirse traicionados y a los pies de los caballos. Si ahora mismo hubiera elecciones municipales y autonómicas no se le arrendaría la ganancia al Partido Popular. Entretanto, el socialista Diez continúa cabalgando y haciendo camino al andar. Y en el PP no lo ven. Hay que ser tordos.
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