24/07/2015
 Actualizado a 07/09/2019
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El color de un vino nos informa sobre su cuerpo, su edad o su evolución. Si el color es fuerte y concentrado posiblemente el vino será recio y rico en sustancias tánicas. Si, por el contrario, el color es débil y abierto el vino seguramente será ligero y corto en boca, lo cual no quiere decir que no sea rico, agradable y sin defectos. El color del vino nos habla también del paisaje, de las tierras y el clima en el que se desarrolla y de las formas en que el paisanaje, sus gentes, lo han elaborado. Tintos, blancos o rosados todos los vinos responden a una gama de colores de la tierra.

La lógica de los colores tradicionales del vino ha cambiado. Los clásicos violetas, rubís, granates, tejas están virando a los azules. ¡Sí! ¡Ya hay vinos azules! Este nuevo color ya no nos habla de la tierra sino del firmamento y la modernidad. El azul es el sublime color del cielo pero también de la tecnología y la innovación. Los nuevos vinos azules se pueden describir como “celeste, con tonos marinos y matices cumulonímbicos”. Parece que este nuevo color del vino se obtiene sin ningún colorante artificial, procede de la selección de las uvas adecuadas y la adición de un pigmento natural llamado indigotina sintética (código E 132). Según la publicidad de la marca con esta bebida se identificará toda una generación de jóvenes, que ya no está sometida a normas ni convencionalismos. El nuevo vino es una bebida de 11,5º, dulce, suave y de un bonito color índigo.

En California, E. & J. Gallo Winery, la bodega familiar más grande del mundo, ha comprobado que allí también las cosas están cambiando. Ha presentado los resultados de su estudio sobre ‘las tendencias del vino en EEUU’ cuyo objetivo era saber cuáles son las actitudes y comportamientos de consumo de vino entre los estadounidenses, es decir,dónde, cuándo y cómo se disfruta el vino en la actualidad. No olvidemos que este país suele marcar las tendencias de consumo en todo el planeta. Los resultados del estudio son claros. Las diferencias entre los consumidores de vino más jóvenes y las personas mayores son abismales. Los jóvenes tienen unos gustos al margen de cualquier referencia tradicional. ¡Se está perdiendo la Cultura del Vino! Vinos dulces y espumosos son particularmente populares entre los más jóvenes. Pero los cambios son mucho más radicales. Por ejemplo, el 66% mezcla el vino con zumo o con fruta, el 51% toma cócteles de vino, el 46% lo bebe con hielo o lo toma en una taza con una pajita. ¿El vino azul será el principio de una gran revolución?. ¡Una nueva ‘Cultura del Vino’ nos acecha!
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