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Villalar y el nacional-castellanismo

05/12/2019
 Actualizado a 05/12/2019
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La Junta creó en 2003 una institución con cargo a los Cortes de Castilla y León, llamada Fundación Villlalar. Según sus estatutos «tiene como fin general fundacional el de acrecentar el sentimiento de pertenencia de los castellanos y leoneses a una comunidad autónoma con identidad propia en el marco de su Estatuto de Autonomía, el de extender por todo el territorio de la misma ese sentimiento y el de fomentar, promover y realizar todo tipo de actividades encaminadas a que la localidad de Villalar de los Comuneros aparezca como depositaria de los símbolos históricos y de las tradiciones de Castilla y León».

Desde la fundación se ha intentado borrar la identidad leonesa, que entra en colisión con la creación de una identidad nueva, castellano-leonesa. Y es que el significado de la palabra ‘identidad’ es la clave: «circunstancia de ser una persona o cosa en concreto y no otra, determinada por un conjunto de rasgos o características que la diferencian de otras». Si la identidad leonesa diferencia a los leoneses de los castellanos, la fundación hace lo necesario para borrarla y hacerla desaparecer. Es lisa y llanamente un intento de etnocidio con aire de buen rollo.

Las actividades de la Fundación Villalar incluyen la modificación de los textos escolares para que el Reino de León (320 años de existencia independiente y aún más con instituciones propias) no aparezca, ni se enseñe, ni se valore y, si queda rastro, se minorice. Financia publicaciones que abundan en el negacionismo del Reino de León y del Pueblo Leonés. La realización de exposiciones donde lo leonés no aparece y en general promover todo aquello que invisibiliza lo leonés es parte esencial de la fundación.

Pero el germen ideológico estaba en la propia Junta antes de 2003. En las escuetas celebraciones de las Cortes de León en 1988 las que denominó «cortes de Castilla y León». Qué decir de publicaciones como la Historia de Castilla y León, de los ochenta, que la Junta repartió gratuitamente a todos los colegios, lo que facilitó su publicación.

Sin exagerar, el proceder de la Fundación Villalar es similar al del ministerio de propaganda nazi, dirigido por Goebbels. Hacen que León desaparezca de la foto y de los mapas, como sucedía con la disidencia en los tiempos de Stalin. Es cierto que la ejecutoria se ha modernizado y se parece más a la del nacionalismo catalán, que inventó el reino catalano-aragonés, similar a la identidad castellano-leonesa, pero los valores que subyacen son los mismos. No sé qué pintan sedicentes defensores de la libertad en ese lodazal y tampoco sé qué tienen que ver los leoneses con Villalar.
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