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Vietato lamentarsi

28/07/2017
 Actualizado a 18/09/2019
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Saben esa gente que se queja absolutamente de todo? Que si hace calor. Que si el aire acondicionado sale frío. Que cuánto turista hay por León. Que no me va el wifi. Que qué caro todo. Que si el sushi está crudo. Que si la gente conduce despacio. O deprisa. O que no llegan las vacaciones. O que qué poco detalle ese favorcito que me hicieron. Qué hartura, oye...

En tanto cansino quejoso debió de pensar Will Bowen, un pastor norteamericano que propuso a sus protestones fieles la terapia de los 21 días: tres semanas sin quejarse de nada. Te pones una pulsera, y cada vez que te quejes la cambias de mano y vuelves a empezar, otra vez 21 días. El movimiento ha conseguido miles de seguidores en todo el mundo. ¿Por qué 21 días? Es el tiempo que, según los psicólogos, tardamos en adquirir un hábito.

Como la manía de quejarse por todo se extiende sin piedad, propongo al Ayuntamiento, a la Diputación, a la Cámara de Comercio, a las empresas y a las oenegés que tengan tiempo que hagan algo verdaderamente útil por la humanidad y repartan pulseritas entre los leoneses. Porque estamos rodeados de gente que elige poner pegas como respuesta universal a la vida, y lo del quejío infinito agota.

Mientras llegan las pulseras, apuesto por rodearnos más de gente que sabebuscar el brillo de la vida (algo se pega, seguro). Y pido al obispo que nos regale a todos un cartel como el que acaba de colgar el Papa en su habitación:‘Vietato lamentarsi’, ya saben, prohibido quejarse. Ni un ay.
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