14/06/2022
 Actualizado a 14/06/2022
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La palabra ‘viejo’ suena mal. Por eso ahora se habla de ‘mayores’ o de ‘la tercera edad’. También de ‘ancianos’. Independientemente de las palabras, la realidad es la misma. Cuando algunos éramos niños las personas de más de sesenta años ya eran consideradas como viejas. Hoy las cosas han cambiado bastante porque hay más calidad de vida y se viven más años. Cada vez hay más centenarios. No obstante, la brecha entre losjóvenes y las personas mayores es cada vez más grande. Los niños de hoyviven en un mundo totalmente distinto del que hemos vivido otras personas.

Nuestros niños y jóvenes no van de pastores, no trabajan en el campo, no saben lo que es vivir sin televisión, sin Internet o sin teléfonos móviles. No se imaginan a sus padres sin coche o una sociedad sin coches, ni que en la mayoría de las casas no hubiera agua corriente ni cuarto de baño… Difícilmente soportarían examinarse a final de curso de toda la materia o tener que hacer exámenes de reválida… Ya no es que nazcan con un pan bajo el brazo, sino con un montón de cosas. Su música no se parece en nada a la que les gustaba a sus abuelos. Claro que ellos no tienen la culpa de haber nacido en esta época con todo lo que les rodea.

Fácilmente caen en la tentación de pensar que el mundo ha empezado a funcionar con ellos y pensar que sus antepasados eran poco menos que tontos. Ellos dominan la competencia digital, pero olvidan que para llegar a los actuales avances de la ciencia y de la técnica han tenido que estudiar y trabajar mucho las generaciones anteriores. Además poco importa dominar los distintos programas para comunicarse a través de las redes sociales si falla el contenido, si en el fondo no se trasmite nada importante. Conozco a jóvenes que ganan cientos de miles de euros al año por colgar en las redes auténticas chorradas. No es de extrañar que haya muchos que no quieran trabajar de camareros, de albañiles, de camioneros, de agricultores… y que se miren esos trabajos con desprecio. Sobre todo si es más rentable ser ‘youtuber’ o ‘influencer’.

No es cuestión de desacreditar a los jóvenes, porque también tienen muchas cosas buenas, pero es un error muy grande y una injusticia por su parte que no siempre valoren la experiencia de los mayores. Del mismo modo que parece muy grave la ingratitud y marginación a que son sometidos. La soledad de muchos ancianos, incluida la de los que viven en residencias, clama al cielo. No sé qué podrán esperar algunos del futuro cuando lleguen a viejos, como no sea la eutanasia.
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