Vida a la sombra del tablero

La memoria de los juegos y los tiempos bellos vive al otro lado del viejo tablero, lleno de rendijas por los que le entra el frío al muñeco y congela el agua.

No es el desván,cerrado y aislado, donde descansa la vida vivida encerrada en mil objetos y recuerdos, abrazados y arropados por las telarañas e iluminados por la tenue luz que logra colarse entre el polvo de la claraboya, es sólo el viejo tablero detrás del que posas los recuerdos a la espera de darles una segunda vida.

Llegaron los regalos navideños con sus muñecas nuevas, con los aparatos de última generación, con los juguetes que saltaron desde la tele a la carta a los reyes magos y aquella muñeca que la niña había arrastrado de la mano mientras los dos aprendían a dar los primeros pasos queda arrumbada en el hueco del tablero, olvidada a su sombra sin unas palabras de agradecimiento por los servicios prestados... hasta que cualquier día, buscando un hueco donde dejar nuevos recuerdos, repara la niña que ya no lo es tanto en su presencia y se abre la válvula de la añoranza, de los recuerdos de aquellos primeros pasos y sus caídas, de las conversaciones con lengua de trapo, de aquellos días en los que era imposible conciliar el sueño sin abrazar a esta muñeca que ahora reapareceahorcada en el poste del olvido.

La añoranza invita a soltar la soga del ahorcado al pasado, los recuerdos piden lugar en el presente, la nostalgia siempre aprieta pero el mismo sentido práctico que le arrumbó allí volverá a hacerle un hueco en las sombras del tablero, al lado de la botella que fue biberón para los terneros.