Víctor Manuel y un cura de Orzonaga

La influencia de Nicanor López Brugos en los inicios musicales del cantante, que este domingo actúa en las fiestas de Celada de La Robla

Fulgencio Fernández
07/08/2022
 Actualizado a 07/08/2022
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La noche de este domingo actúa en La Robla el cantante asturiano Víctor Manuel, sin duda el esperado plato fuerte de las fiestas de Celada con un concierto en el que se espera un lleno histórico en la plaza de la villa. De un lado, Víctor Manuel es ‘medio paisano’ ya que a su Mieres natal apenas hay media hora y el frecuente el intercambio a uno y otro lado del puerto; es uno de los nombres de referencia de las últimas décadas y para el mierense a buen seguro que no se le pasa por alto que está actuando muy cerca de Orzonaga.

Puede parecer extraño pero en Orzonaga nació un personaje que fue fundamental en los inicios del cantante, no solo como artista, también en su formación humana y política como militante izquierdista. Por extraño que parezca este leonés que influyó en el autor de ‘El abuelo Vitor’ fue un cura, Nicanor López Brugos, cuyas biografías oficiales siempre comienzan así: «El 1 de marzo de 1929 nacía en Orzonaga, un pequeño pueblo de León, un niño cuya vida iba a estar estrechamente ligada a Mieres. Hablamos del sacerdote diocesano Nicanor López Brugos». Y en ellas se recoge que «llegó a Mieres con tan solo cuatro años de edad aquel niño tímido y reservado, caritativo y con un punto socarrón» que siguió visitando su pueblo natal mientras mantuvo allí familia.

Y aquel cura fue un destacado personaje de la vida social del concejo, uno de aquellos «curas obreros» o «curas rojos» muy implicados en la vida social del lugar donde viven. Una de las muchas iniciativas que puso en marcha en Mieres fue la creación del Club La Cucaracha, cuyos integrantes (en la actualidad viven menos de cuarenta) se siguen reuniendo una vez al año y se desplazan a Asturias desde diversos puntos de España e, incluso, el extranjero. Uno de los que no falla es el cantante Víctor Manuel, en un reportaje del periódico El Comercio de una de esas reuniones (la de 2014) el cura leonés les explicaba: «Allí, en esa esquina es donde ensayaba un jovencísimo Víctor Manuel. Fuimos los primeros en crear una asociación juvenil en Mieres, entonces era algo inexistente» y recuerdan con orgullo como ejemplo de su amistad que «solo hay una forma de abandonar el Club, con la muerte». Don Nicanor lo abandonó en 2018 y el cantante recordaba entonces algunas anécdotas de quien le dejó el primer local de ensayo, en la rectoral: «llegó a la parroquia de Mieres en el año de la Huelgona (1962) y enseguida se posicionó para ayudar a las familias de los huelguistas con unos vales para entregarles pan y leche diariamente a los niños y aceite y patatas a los adultos» o cómo al morir Franco le pidieron una misa y «él se negó argumentando que aquel no era feligrés de la parroquia».

Menudo son los de Orzonaga.
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