Vía Crucis pandémico en el Camarote

Juan Carlos Uriarte expone en el centro hostelero de la calle Cervantes su particular Vía Crucis de la pandemia en el que mediante doce obras muestra su estado a lo largo del año que duró lo más acuciante de la crisis sanitaria

Vicente García
23/06/2022
 Actualizado a 23/06/2022
Juan Carlos Uriarte y Belén Ordóñez en la inauguración de la muestra ‘Viacrucis para una pandemia’. | VICENTE GARCÍA
Juan Carlos Uriarte y Belén Ordóñez en la inauguración de la muestra ‘Viacrucis para una pandemia’. | VICENTE GARCÍA
Juan Carlos Uriarte es un artista habitual de la calle, de los bares, de las galerías, de las chamarilerías, de la vida… estar encerrado le sentó muy mal y eso se refleja en sus obras a modo de viacrucis de los sufrimientos de su persona durante el año más duro de la pandemia como lo explica: «yo soy un elemento callejero y hubo un momento en que no se podía salir a la calle. Siete meses estuve sin salir y trabajando. Se me ocurrió: algo tengo que hacer sobre esto, incluso con falta de materiales, hay algunos de los cuadros que están aprovechados de cosas que tenía. El año de la pandemia reflejado mes a mes… Simplemente intentas imaginarte lo que es la primavera, lo que es el otoño, los cuadros gélidos del invierno, noviembres y diciembres muy helados con colores muy fríos, la primavera y el verano más cálidos».

Sus cuadros reflejan ese sentimiento porque la pandemia nos ha venido fatal a todos porque hemos perdido dos años de nuestras vidas a lo tonto, y añade: «yo soy muy poco religioso y esto son los golpes que te pegas durante dos años. Cortas todo, te encierras en una habitación durante meses y salen las cosas por aquí como podían haber salido de otro modo diferente».

Acerca de los cuadros reconoce que «tiene la misma forma que la Virgen de las Rocas de Leonardo, que es una forma muy bonita con arco de medio punto y el resto es lo que se utilizaba en la época del Renacimiento: veladuras. Mancho el cuadro y voy añadiendo color y barniz en capas sucesivas. Cada cuadro tendrá cuatro manos de barniz capa a capa sobre una base de madera. Tiene añadidos con cartón que se supone que debe ser una especie de montaña porque rompe la monotonía del cuadro. En los primeros y los últimos prácticamente no hay nada que rompa esa monotonía, son los meses fríos del año y en ellos no quiero representar nada más que hielo. Hay un atisbo de un color naranja, pero son muy fríos».

En la exposición además hay un texto de apoyo a la obra, realizado por Belén Ordóñez que dice: «Cuando las dificultades aparecen sin oxígeno, nos despertamos con la falta de libertad que nos hace caminar por espacios desconocidos. Como si se tratara del viaje de Dante y la Divina Comedia, el alma transita por las estaciones a través de paisajes profundos y abstractos. Paisajes  que se entreveran con la desgracia que quiere huir del pensamiento, aunque todavía no lo consigue».

Una exposición que seguirá a lo largo de este mes en el Camarote Madrid y es el reflejo de las sensaciones de un artista en las desgracias de la pandemia.
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