Vestirte con tus sueños

03/03/2022
 Actualizado a 03/03/2022
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«Dejadme solo», parece decir el chaval, al que el carnaval le permite poder vestirse de aquello que soñó, de esos seres con los que cada día sueña y juega en su imparable imaginación.

Porque los niños son los únicos que aprovechan estas fiestas, y otras parecidas, para hacer realidad sus sueños. Para vestirse de aquello que tantos días han ido imaginando cuando van camino del colegio y en vez de empujar por la mochila realmente van cargando con otro peso muy diferente y mucho más llevadero. Caminan siendo uno más de la patrulla canina, hacen jugadas para la historia del fútbol como si fueran Oliver y Benji, los que ceden a los deseos de sus abuelos y ven lo que a ellos les impactó se imaginan en las montañas cual Heidi y corren felices al encuentro de Pedro, lo de Verano Azul ya no os lo cuento que, como bien sabéis, Chanquete ha muerto...

Sueños que chocan contra la entrada del colegio, contra la puerta del aula, el lugar para darse cuenta de que lo que realmente llevaban en la espalda era la mochila de los libros y no el baúl de los sueños, como ellos creían mientras recorrían el camino repetido cada día entre el desayuno y el encerado. Aquello que Gabo contaba con tanta ironía en sus memorias: «A los 5 años tuve que interrumpir mi educación para ir al colegio».

Salvo que carnaval te regale una jornada en la que te dejan vestirte con tus sueños y no quitarte el traje hasta que caigas rendido.
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