Verbena electoral en el PP

El maremágnum de las papeletas travestidas en la mesa de las Pastorinas empieza a aburrir. Cansa. Mucha gente lo dice. Y para solventar el galimatías en el menor tiempo posible, la Junta Electoral Central –aún quedan instancias más altas– ratificaba, el jueves, la resolución de la Junta Electoral de Zona de León. Con su pronunciamiento, reafirmaba el cómputo real de las papeletas emitidas por los electores censados: PSOE 130 votos y Vox 28. Se intuía que así fuera. La urna estaba en el barrio de Pinilla. Fin de la cita.

A raíz de ello, y como también se sabía, las dos señoras de Vox se van entristecidas para casa. Se acabó la ensoñación. Mientras, la Unión del Pueblo Leonés añade el tercer concejal. Pero el PPp (Partido Popular particular) de Antonio Silván –el gran ‘damnificado’ de la verbena– no se conforma. Quiere llegar más allá. Quiere seguir recurriendo. Todo lo contrario del Partido Popular de Juan Martínez Majo, que empieza a huir de la quema. Uno, Silván, pretende ir al TSJ de Castilla y León, y el otro, Majo, no. ¿Se está haciendo ingobernable el PP provincial? ¿O ya lo era y ahora empiezan las patadas en las espinillas hasta alcanzar las partes nobles del contrario? No se presume otra cosa. Fin de la segunda cita.

Con lo que no contaban los ‘interlocutores válidos’ del PPp, era con el veto que el ‘capo’ de Ciudadanos en la comunidad, Francisco Igea, ha puesto, cual cruda helada leonesa, sobre el futuro de Antonio Silván. No lo quieren como alcaldable pactado. Ni en pintura. De todas las maneras y si el agua sigue su cauce natural, la censura carece de mayor importancia. No habrá lugar. No da la suma. Ya lo dijo Rafael ‘El Gallo’: «lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible». Fin de la tercera cita.

Y un dato en positivo muy a tener muy en cuenta en la desavenida familia ‘popular’. Estos enredos de mesa camilla y brasero de carbón de caña le son ajenos a la candidata del Partido Popular en San Andrés, a Noelia Álvarez, quien, en un gesto de realidad política y democracia pura, ha dicho que a su municipio lo amamante la lista con mayor respaldo vecinal, es decir, la del PSOE. Ni pactos, ni gaitas. Ni elucubraciones idiotizadas en habitáculos a media luz. Como en el tango. Su actitud, que le honra, le ha dado categoría. Y respeto, mucho respeto, algo fundamental cuando se ejerce un cargo público. Fin de la cuarta cita.

Corren malos tiempos para el PP provincial. Muy malos. También para el PPp. Es, como se antojaba, el resultado de estar cuatro años en un limbo imaginario, en una burbuja coloreada de rosa, cuando la realidad, que siempre es terca, decía lo contrario. ¿Y ahora qué, como Boabdil en Granada? Es probable. Punto final.