Ver para creer

La acción protagonizada por Leandro y Iosu Villar ya forma parte de la historia de goles absurdos en contra de la Cultural. Por fortuna este tiene remedio. Hace casi quince años, Javi Suárez y Casquero en una fase de ascenso contra el Getafe y, posteriormente, Angel Luis y Sergio Fernández en un decisivo último partido de liga contra el Lanzarote hicieron de la Cultural el pupas norteño. La mala fortuna y la impericia hechas una. Ocurrió en Las Gaunas como si un influjo divino recordara quiénes somos y de dónde venimos. No podrá, sin embargo, borrar de nuestras memorias una media de hora de fútbol exquisito. Un rondo gigante de los de gris (¿no hay dinero para una tercera equipación?) en el que todos los jugadores participaron con su toque hasta los continuos remates finales que no hallaron premio. Le pareció poco al señor Pouso, que alineó a su pareja de centrocampistas más defensiva. A la Cultural ya la temen. Entre los muchos méritos que suman Ferrando y su excelente cuerpo técnico está rescatar viejas virtudes de sus futbolistas. En su día devolvieron a Viti a las cercanías del gol, adelantaron la posición de Aitor desde la cual marcó y ganó y a Villar le han pegado las alas de todoterreno con una decisiva presencia en área rival. Como en los viejos tiempos. Es uno de los secretos del esplendor culturalista. A su creciente juego une recursos. Es el balón el que habla hasta convertir la actualidad en una dulce monotonía. La Cultural suma y se enfada por no hacerlo de tres en tres. Al otro lado del Manzanal , son incapaces de disfrutar del mejor momento de la historia de su club. Tan cerca de la Primera como de llamar a los bomberos para apagar el fuego. Primero un cisma con su único canterano. Ahora un polvorín entre entrenador y estrella del equipo. Hace no mucho tiempo las llamas se propagaban en una única dirección. El viento y sus rachas. Lo dicho, ver para creer.