Venancio Iglesias: "Lo fundamental en una novela es su atmósfera"

El escritor leonés regresa a la novela corta con ‘La carcoma’, que ve la luz más de una década después de su primera redacción y este viernes se presenta en la Biblioteca Pública

Joaquín Revuelta
17/03/2016
 Actualizado a 15/09/2019
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Venancio Iglesias cuenta con una nueva novela, ‘La carcoma’ (Lobo Sapiens), que será presentada este viernes a las 20:00 horas en la Biblioteca Pública con la presencia del autor, que estará acompañado en la mesa por el periodista Pedro García Trapiello, el profesor y escritor José Luis Gavilanes Laso y el editor José Antonio Martínez Reñones.

‘La carcoma’ ha tardado más de una década en ver la luz, una demora que el escritor leonés atribuye a la dificultad inicial que entrañaba una novela a la que quería revestir de sencillez, un proceso que, reconoce, le ha llevado años. "La tenía escrita desde el 2005, pero era tal el trabajo que me imponía la depuración que he estado hasta el año pasado dando retoques. Curiosamente cuanto más retocas una obra, en el sentido en que yo lo hacía, más sencilla y sin pliegues tenía que ser. Y creo que lo he conseguido respecto a ‘La carcoma’", asegura Iglesias, que se reconoce un escritor lento, aunque en el caso de su nueva publicación fue escrita de un tirón, a la que volvía una y otra vez hasta conseguir llevarla hasta la esencia de lo que quería contar.

Puede sorprender a más de uno que conozca a Venancio Iglesias la portada de su novela corta y que el protagonismo de la misma recaiga en un sacerdote. "Así es, el personaje central es un sacerdote que se define en una dialéctica con un Cristo que tiene en el altar mayor de una iglesia devorada por la carcoma. Es un personaje muy interesante que vive apartado y que le gustaría parecerse al cura de Ars, pero que sobre todo quiere dedicarse a practicar la caridad con el prójimo. Se traslada hasta una aldea perdida de la montaña leonesa, que podría ubicarse en el entorno de Cistierna, y allí decide entregarse totalmente a la fe, que la entiende como caridad. Y se define, como te decía, en una conversación constante con el Cristo, al que consulta absolutamente todo, mientras la iglesia está siendo devorada por la carcoma", describe el autor, para quien se trata de un título simbólico que hace extensible a todas las instituciones que han salido de la guerra y que son víctimas de ese insecto que no muere. En este contexto se mueve un personaje «de una gran humanidad» que entra en contacto con los más desgraciados del pueblo y también con los más desgraciados del monte, que son los maquis. Pues, una vez más, Venancio Iglesias recurre a la posguerra como telón de fondo de su nueva novela, un periodo histórico que le fascina porque remite directamente a sus recuerdos infantiles. "La viví de niño y me trae recuerdos de estar en la cocina, casi aislados por una gran nevada, y decirme ‘baja la voz que te pueden oír’. O escuchar de mi madre: ‘Han bajado los maquis y han robado en el Auxilio Social’. Ese secretismo me fascinaba tanto como el aullido del lobo, dos imágenes simbólicas que me trasladan a un tipo de emociones que a mí me gusta representar literariamente", asegura.

Venancio Iglesias pretende ahora publicar una novela todavía anterior en el tiempo a ‘La carcoma’ y que quedó entre las diez finalistas del Premio Planeta, que en aquella edición ganó Antonio Gala con ‘Manuscrito carmesí’. "La tengo ahí aparcada porque es una novela de una construcción mucho más compleja. Siempre aludo a ‘La ciudad de los mil ojos’ porque creo que es una gran novela. Ahí sí que el funcionamiento del monólogo interior, el repaso de una vida desde el interior, es lo que da el carácter del personaje", reconoce el autor leonés. Como la mayoría de sus obras parte de una experiencia personal, pues estando en Marruecos tuvo la sensación de que su vida podría terminarse en ese momento. "Me hice una serie de pruebas médicas que por suerte no detectaron nada malo, pero empecé allí mismo esa novela sobre un hombre que entra en el hospital para operarse de un tumor cerebral sabedor de que probablemente no regrese y si regresa no sea el mismo. El hombre entra en el hospital y empieza a narrar todas sus experiencias según los sonidos que va escuchando. Creo que es una novela muy compleja pero de una riqueza enorme", comenta Iglesias, que espera no tardando mucho la obra llegue a los lectores, porque, a su juicio, se trata de una novela que no pasa de moda y cuya lectura le sigue atrapando como el primer día porque se trata de una ópera prima en la que el autor vuelca todo su sentimiento, poniendo en ella un alma que todavía le sigue asombrando. "Me miro en ella y me digo: ¡caramba, cómo hice yo esto!".

Alguien tan apegado a la memoria como inspiración literaria, como es el caso del autor de ‘La soledad de Alvarito Somoza’, el presente también le ha servido como coartada para estar escribiendo una novela que no quiere calificar de género, "porque clasifica de una manera muy rígida y no merece la pena ese tipo de expresiones sobre un libro, que siempre es de una apertura y de una riqueza muy superior a cualquier contención que le pongas en clasificaciones, etc", pero que versa sobre una familia en la que hay violencia doméstica y los caracteres van apareciendo en monólogos que hacen distintos personajes que viven en ese ámbito y alrededores. "Hay un crimen de por medio, con lo cual también se da una especie de suspense psicológico. Pero eso no es lo fundamental, porque para mí lo fundamental siempre es la atmósfera. Crear una atmósfera en la que el lector quede invadido, quede seducido por lo que encuentra allí, y que lo aplica con cierta facilidad a su vida o a su esquema de valores o a su comprensión del mundo", concluye Iglesias.
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