Vegamediana: La metáfora de lo que hicieron con esta tierra

El poblado minero de Vegamediana, en el valle de Sabero, es hoy un lugar en ruinas que recuerda los años de prosperidad y trabajo en la comarca, la llegada de gentes de todo el país... y también el olvido que le sucedió. Hasta allí, un espacio vinculado a su memoria, nos lleva Juan Luis García

Fulgencio Fernández
12/04/2021
 Actualizado a 12/04/2021
La pasión por la fotografía de Juan Luis García nos ‘regala’ una pequeña exposición sobre Vegamediana, esta foto la ha titulado ‘La ola’. | JUAN LUIS GARCÍA
La pasión por la fotografía de Juan Luis García nos ‘regala’ una pequeña exposición sobre Vegamediana, esta foto la ha titulado ‘La ola’. | JUAN LUIS GARCÍA
Juan Luis García puede pasar delante de ti y no reparas en élpues caminará camuflado en su bicicleta o detrás de la cámara de fotos o con prisas para llegar a un concierto o a un ensayo. Con una camiseta negra que anuncia cualquier cosa musical tendrás la tendencia a creer que es «uno más por la ciudad, fauna urbana que se ha dicho siempre».
Pero no. Al menos no es uno más en el mundillo musical de León, donde un día apostó por la llegada a esta tierra de las Juventudes Musicales y se ha notado, y mucho, su presencia, con orquesta, con coros, con banda... y Juan Luis anda entrampado por el medio, grabando un disco, montando una ópera juvenil, el concierto de Navidad o llevando la música a cualquier pueblo que acuda a ellos.

Y da clase y hace fotos y nunca deja solo a un amigo que da un concierto o avisa de que regresa un leonés que anda por el mundo haciendo una historia que no conoceríamos si Juan Luis García no nos lo recordara...

¿De dónde saca el tiempo? La pregunta del millón. La respuesta no puede ser la velocidad de la bicicleta porque sería Indurain. Y no lo es.

- ¿Realmente qué es Juan Luis García, cuál son sus oficios?
- Soy ‘a título principal’ docente, profesor de música en el conservatorio, con la fotografía como uno de sus ‘vicios confesables’. Además, dedico parte de su mi tiempo libre a las actividades de Juventudes Musicales-Universidad de León, donde entre otras cosas, dirijo la Orquesta JJMM-ULE».
Pues García debe sacar otro rato libre para llevarnos hasta su rincón favorito, hasta ese lugar que para él sea especial, importante.
- ¿Dónde vamos Juan Luis?
- A Vegamediana, al antiguo poblado minero del valle de Sabero, de la cuenca minera de Sabero... en su tiempo.
- Hoy son unas ruinas.
- Ya lo sé. Pero me parece la metáfora exacta de lo que han hecho con esta tierra, de cómo un lugar que era el sueño ‘laboral’ de gente llegada de todas partes a trabajar, in trabajo duro pero también ellos eran duros, que han convertido en ruinas, tejados hundidos, caminos comidos por la maleza, viejas ‘fábricas’ abandonadas, chimeneas que nos recuerdan lo que allí hubo... Un lugar donde observar con los ojos de hoy lo que un día fue el potencial industrial de esta comarca, a la que condenaron los intereses empresariales, los mercados internacionales y la escasa altura de miras de nuestros gobernantes.
- Y en lo personal, ¿porqué eliges Vegamediana?
- Porque es mi tierra, mi infancia, mis recuerdos. Aunque yo crecí en Cistierna en Vegamediana tenía la cantina mi abuela materna, una mujer irrepetible para mí, una viuda que sacaba adelante a la familia con su cantina en este poblado minero, cuando la minería era el motor de progreso.

En Vegamediana nació la madre de Juan Luis García y desde la ventana de la cantina de su abuela recuerda el músico cómo le fascinaba aquel paisaje que veía, el puente colgante, la actividad diaria. «Aunque donde me crie fue más bien en Cistierna, donde mi abuelo por la otra rama familiar, la paterna, también era tasquero, otro oficio nacido al calor de lo que era el motor que movía la actividad de esta ribera del Esla: la mina, en aquellos años 60 y 70 de mi infancia».

Hoy Vegamediana es un paraíso de ortigas del que se han tenido que llevar las últimas máquinas que estaban en sus talleres, le buscan algún complicado destino porque la ruina ya es muy avanzada y tan solo hace unos meses fue utilizado para celebrar allí los llamados ‘juegos de guerra’,con curiosas balas biodegradables, pero aunque se decía que era un escenario ideal, parece que la idea no cuajó.

Y, sin embargo, todavía tiene mucho que ver, en un lugar privilegiado, a la sombra de Los Rejos, y soñando, dice Juan Luis, que «cuajen esas nuevas aventuras empresariales y las administraciones no olviden a esta tierra».
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