¡Vaya pinta!

25/10/2018
 Actualizado a 18/09/2019
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El pasado martes de esta misma semana en la que nos encontramos y siguiendo una de las tertulias de mañana que suelo ver con asiduidad, aparece Rafael Mayoral, secretario de Sociedad Civil de Podemos, ante la cámara para responder algunas preguntas que el periodista le iba realizando sobre algunas situaciones actuales por las que estamos pasando, como el vil asesinato de un periodista en Turquía, la venta de armas a países en guerra por parte de España, contratos navieros y algunos asuntos más, a los que ha respondido con bastante energía. Pues hasta aquí la aparición del secretario en el Congreso de los Diputados, claro que, ahora añado yo, ¡vaya pinta! No se puede aparecer ante las cámaras ataviado con una sudadera deportiva, para tratar ante el gran público temas tan serios. No es que sea muy partidario de los trajes anchos de color azul y una corbata que nos presiona el cuello pero de esto a la línea contraria, pues tampoco. Hace años que me quedó claro que la ropa con la que nos vestimos, dice mucho de nosotros a la hora de afrontar determinados puestos laborales. ¡Válgame dios! a día de hoy tenemos una gran oferta en tiendas, con ropajes que sin llegar a ninguno de los extremos nos van a quedar pincelados. No es tan difícil estar presentable, ya tenemos los fines de semana para vestir como nos dé la gana. Aunque también añado a esta columna que los trajes de corte clásico, ya no infunden poder, ni respeto, ni tan siquiera miedo ni estupor de quien los porta, más bien diría que serían estupendos para el día de Carnaval. Vamos a modernizarnos un poco. Siguiendo el hilo de esta reflexión que les propongo, en Madrid y ya en última instancia en León, cada vez se ve más a mujeres con Burka, Niqab, Chador, Al-mira, Hiyab o Shayla, vamos, por orden el primero de cuerpo entero y el último un simple pañuelo. Pues sí, me atrevo a decirlo en público puesto que si ven a la familia en pleno, solo las mujeres visten así, pero el hombre está totalmente occidentalizado, con sus playeros de marca, polos y camisas y demás complementos. Pues nada, que a esto sí que le dedico un ¡vaya pinta! pero en mayúsculas. No todo es válido por mucho que algunos crean que sí, pero el libre albedrío mal llevado también tiene sus consecuencias y el derecho de admisión menos mal que está para usarlo. Al igual que no me dejan entrar con deportivas en algunos sitios, pues en otros no pasa nada por si no te dejan entrar, o eso, o sigues las reglas. ¡Vaya pinta señor secretario me trae usted!
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