Valentín: "Hace cinco años me convertí campeona olímpica de las de verdad, no de las que mienten para llegar alto"

Un lustro después de su participación en Londres 2012, la haltera sigue esperando el oro que no pudo disfrutar en su día por el dopaje de sus rivales

Alejandro Cardenal
03/08/2017
 Actualizado a 12/09/2019
Lydia Valentín, durante un ejercicio en los Juegos Olímpicos de Londres.
Lydia Valentín, durante un ejercicio en los Juegos Olímpicos de Londres.
Este miércoles se han cumplido cinco años de una de las injusticias más grandes que puede vivir un deportista. A pesar del sueño cumplido que supone para todo atleta poder competir en unos Juegos Olímpicos, Lydia Valentín se marchó de Londres con un cuarto puesto, quecomo se demostró años después era insuficiente; su sitio estaba en el escalón más alto del podio.

Han sido habituales los escándalos por dopaje en la halterofilia, una disciplina que al igual que ocurrió con el ciclismo en los años noventa, espera una regeneración. Y Valentín se ha convertido en un símbolo del juego limpio y el esfuerzo.

Una a una, las rivales que la superaron fueron cayendo en sucesivos reanálisis y en julio de 2016 pasaba a ser oro olímpico tras los positivos de la rusa Natalya Zabolotnaya y la bielorrusa Iryna Kulesha.

Más de un año después del anuncio de la Federación Internacional de Halterofilia y cinco de su paso por Londres, Lydia sigue esperando un oro que tal y como ha confesado en sus redes sociales, confía en tener muy pronto. “Espero tener mi medalla antes de que termine el año”, sentencia.

El día en el que se cumpliría un lustro de que la de Camponaraya se hubiera subido a lo más alto del podio si sus rivales no hubieran optado por el camino corto del dopaje, Valentín ha sido contundente. “Hace cinco años que me convertí en campeona olímpica, pero una de verdad, no de las que se meten para estar en lo más alto o de las que mienten al público, al espectador, a sus rivales y a ellas mismas”, asegura.

Y es que para la haltera no hay mayor gloria que la de saborear todo el esfuerzo que esconden las grandes gestas. “La mayor satisfacción es la personal, la que sale de dentro de ti, de tu fuerza, de tus ganas de conseguir grandes cosas sin ningún tipo de atajos”, explica. Ese es el camino de Lydia Valentín, una honestidad que le ha convertido en una de las mejores deportistas de todos los tiempos, siendo la única española capaz de haber conseguido medallas en tres Juegos Olímpicos consecutivos.

Y todavía tiene cuerda para rato. Aunque se encuentra en la recta final de su carrera, Tokyo 2020 promete ser la traca final de la haltera, un ejemplo de que el trabajo duro, tarde o temprano da sus frutos y los atajos solo crean callejones sin salida.
Archivado en
Lo más leído