Valentín Costo: "El Himalaya siempre es peligroso"

Un grupo de cinco alpinistas leoneses afronta en los próximos días la ascensión al pico Chulu West con sus 6.419 metros de altitud

Joaquín Revuelta
24/04/2018
 Actualizado a 19/09/2019
Los cinco leoneses componentes de la expedición al Himalaya que afrontarán la ascensión al Chulu West de 6.419 metros de altura.
Los cinco leoneses componentes de la expedición al Himalaya que afrontarán la ascensión al Chulu West de 6.419 metros de altura.
Una expedición formada por los leoneses Susana Álvarez Gallego, Valentín Costo García, Herminio Valbuena González, Marcelino García Fernández y Ángel López Guerrero se encuentra ya en el Himalaya para acometer la ascensión al Chulu West, un pico de 6.419 metros de altitud que el grupo espera coronar el próximo 3 de mayo después de diez etapas que pondrán a prueba a los cinco alpinistas leoneses. Valentín Costo es el jefe del grupo, dada su experiencia sobre el terreno. «Es la tercera vez que voy al Himalaya y siempre hemos subido picos de algo más de seis mil metros. En esta ocasión abordaremos el Chulu Oeste. El macizo de los Chulus está enfrente del Annapurna y en este caso se trata de un pico que ronda los 6.500 metros, que nunca antes había subido, pues en las anteriores ocasiones estuve en la zona del Everest y ascendí el Mera Peak (6.470 m.) y el Island Peak (6.219 m.)», comenta el alpinista leonés, que ve como mayor dificultad del pico que le ha llevado por tercera vez al Himalaya la altura, «porque pasando de cuatro mil metros hay que hacer aclimatación, subir, bajar... Luego tiene el inconveniente de caminar por glaciares, que siempre es peligroso porque te obliga a ir encordados. Además, la arista final del Chulu West es parecida a la del Mont Blanc, una arista afilada de hielo que representa la máxima dificultad», asegura este experimentado escalador, que desde el punto de vista de la climatología piensa que se van a encontrar un poco de todo. «En teoría vamos en la mejor época, ahora y en otoño, que son las épocas secas del Himalaya. El otoño es una época más seca pero también más fría. En esta época suele amanecer bueno por las mañanas y por las tardes siempre se estropea el tiempo, igual nieva un poco. Podemos encontrar en el valle del Kathmandu temperaturas de 28 grados y a lo mejor arriba encontramos 25º bajo cero».

La llegada al campo base, que se encuentra a 5.000 metros de altitud, no se producirá hasta el próximo martes 1 de mayo. Hasta entonces, casi una semana desde la llegada a Kathmandu, el grupo podrá aclimatarse al entorno realizando el ‘trekking’ del Annapurna. «Nosotros nos desviaremos una semana del ‘trekking’ para subir este pico», comenta el jefe de la expedición, que recuerda la tragedia que tuvo lugar en uno de los collados por los que pasará el grupo, donde una tormenta de nieve sepultó literalmente a 70 alpinistas. «Fue una tormenta que no se esperaba pues no es época de ciclones, pero se metió una borrasca, empezó a nevar y les pilló en el collado y murieron todos», comenta Valentín, que es consciente de que los problemas pueden surgir en cualquier momento y de forma inesperada. «El Himalaya siempre es peligroso en cualquier época que vayas. Nosotros vamos antes del monzón, pues a partir de junio empieza la época de lluvias y allí no va nadie. Supongo que pillaremos hielo, porque la nieve todavía no ha caído», destaca el alpinista.

Sobre el grupo desplazado al Himalaya, Valentín Costo asegura que se conocen bien de sus frecuentes excursiones a Picos de Europa. En esta ocasión han contratado el viaje con la empresa Natur Trek, que tiene su sede en Pamplona. «Les decimos lo que queremos hacer y ellos nos lo organizan. Cuando llegamos allí nos están esperando en el aeropuerto. Nos trasladan al hotel donde pasamos la primera noche y ya nos están esperando los porteadores. Esto se podría hacer allí perfectamente, a lo mejor hasta saldría algo más barato, pero toda la logística y el papeleo lleva tiempo que tienes que restar a la expedición», asegura Costo, que reconoce que todo lo concerniente a las expediciones al Himalaya se ha convertido en un gran negocio. «Hay muchas empresas establecidas allí. Jesús Calleja empezó poniendo una empresa de estas en Kathmandu», recuerda el escalador leonés, que asegura que los costes a partir de los picos que superan los 6.500 de altura se disparan. «Lo que es el viaje y el avión nos cuesta alrededor de 3.000 euros por persona y luego siempre hay muchos gastos porque hay que comprar material. El ‘trekking’ tiene un precio, cada pico tiene precio también, entrar a los parques nacionales también cuesta. Los ochomiles salen carísimos. El más barato, que es el Cho-Oyu, sale a 15.000 euros por persona y si contratas una expedición comercial al Everest puede salirte por 40.000 euros por persona. La suerte es que te lo patrocine alguien, como Jesús Calleja o Carlos Soria, que van con todo pagado», asegura.

Valentín Costo suele documentar mediante fotografías y vídeos todas sus expediciones. De hecho, a su regreso del Himalaya, mostrará imágenes de su expedición a Bolivia en las Jornadas de Montaña que tendrán lugar el próximo mes de mayo en el bar La Rinconada. Su afición por la montaña le vino a los 17 años gracias a un club que se formó en el Instituto de Armunia. «Mi amigo Miguel Sánchez formó un grupo y fue el que nos inculcó esta afición por la montaña, que más que una afición es una forma de vida, de ver las cosas», asegura el veterano montañero, que lleva 43 años dedicado a esta práctica deportiva. «Expediciones como la que vamos a acometer en el Himalaya me las planteo cada dos años. Hay que ir ahorrando porque no da. Me gustaría poder intentar algún ocho mil, pero el mayor inconveniente es económico, porque físicamente me siento capacitado, al menos para intentarlo», confiesa Valentín. «Subir un ocho mil es muy difícil. La masificación del Everest le añade todavía mayor dificultad. El famoso escalón Hillary, cerca de la cumbre, a veces tienes que esperar dos horas de cola porque hay cuarenta personas delante», reconoce Costo, para quien la mayor cualidad que debe tener alguien que se dedica a desafiar a la naturaleza, además de buen físico, es fuerza mental. «Todo es cuestión de cabeza y tener la paciencia para ir subiendo poco a poco. La paciencia y la perseverancia son esenciales. Hay gente que escala sin cuerdas y eso es todo de cabeza. En la montaña hay que tener mucha tranquilidad y no ponerse nervioso, como me sucedió el pasado año tras caer por un corredor de nieve en La Palanca en Collado Jermoso. «Conseguí parar a tiempo porque la nieve estaba más blanda y me frenó».
Lo más leído