¿Vale todo?

La cúpula del Partido Popular reprobó ayer la nueva mediada antiaborto anunciada por Vox en Castilla y León para obligar a los médicos a ofrecer a las mujeres que quieran abortar escuchar el latido fetal y ver una ecografía en cuatro dimensiones, y aseguró que «no se va a llevar a cabo». Fuentes de la dirección nacional del PP se pronunciaron a este respecto en sintonía con lo expresado por la Consejería de Sanidad de Castilla y León, que ayer mismo desautorizó al vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo (de Vox). Se trata de un paso más en la carrera de despropósitos iniciada por la extrema derecha con su llegada, por primera en Europa, al gobierno de las instituciones públicas. Quizá lo más preocupante de todo no sean las políticas de Vox, que todo el mundo conoce, ni las palabras y acciones de sus dirigentes, que sinceramente se ven venir, sino que el PP esté dispuesto a todo con tal de conservar el poder, a soportar todo tipo de humillaciones, de políticas trasnochadas, de declaraciones medievales, y seguir llevándolo todo «en un clima de armonía». Las consecuencias de la libertad que se está dando aquí a la extrema derecha están aún por descubrir.