Valdepiélago y Tolibia, dos cotos de lujo

El Curueño es uno de los grandes atractivos para los pescadores estos meses, con paisajes idílicos y abundantes truchas

Rodrigo Prado Núñez
05/07/2019
 Actualizado a 18/09/2019
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Cuando llega el verano, con las altas temperaturas y el sol radiante, la pesca de la trucha se limita a las horas de más penumbra del día, el amanecer y el atardecer. Es en esos períodos serenos de mañana y tarde que el río toma vida, los insectos ocupan ese fresco espacio y las truchas se activan en busca de su alimento preferido. Los serenos siempre tienen algo especial que, al pescador más deportivo, le transmiten esas sensaciones de placer y bienestar que va buscando al río. Hay pescadores de mosca que enfocan sus días de pesca solo hacía los serenos, son instantes de empezar o acabar el día, y pescando es una buena manera de hacerlo. Es el momento de los tricópteros para seca y las saltonas para ahogada, imitaciones más efectivas en las horas del amanecer y el anochecer.

Tolibia y Valdepiélago, en el río Curueño, son dos cotos extraordinarios para pescar a esta modalidad en nuestra provincia durante los meses de julio y agosto. Entre montañas y paisajes idílicos el pescador encontrará, entre aguas cristalinas, abundantes truchas salvajes de una librea exclusiva de este emblemático río.

El río Curueño, que nace en el Puerto de Vegarada a más de 1500 metros de altura, ofrece al pescador un verdadero paraíso para el disfrute de su afición. Sus 47 km., desde Valdelugueros hasta su desembocadura en Ambas aguas de Curueño, en el río Porma, presenta buenas y bellas zonas de pesca, pero sin lugar a dudas sus dos cotos son de lo mejor de nuestra provincia.

Pescar en Valdepiélago y Tolibia es respirar aire fresco y disfrutar de las montañas y las nubesPescar en Valdepiélago y Tolibia es respirar aire fresco de la montaña oliendo a hierbas y flores. Aquí no importa el número ni el tamaño de las truchas, lo más importante es pescar con el placer de la soledad, entre montañas y nubes. Donde la mirada se pierde tras un ave rapaz y la magia que te rodea. Pescar entre rocas y chorreras, donde la trucha siempre responde con bravía, es una emoción constante.

El Coto de Valdepiélago comienza en el Puente de Nocedo de Curueño y su limite inferior está en la Presa de la Vecilla, aguas abajo del puente de la vía. Tiene una longitud de 4.072 m. y 8 permisos diarios. Presenta unas características idóneas para la práctica de la pesca de la trucha en todas sus modalidades aún que se hará sin muerte. Se encuentra a unos 40 kilómetros de León, con buena red de comunicaciones, tanto por carretera como en tren. La anchura media del curso fluvial es de 15 a 20 metros, aunque existen zonas donde el Curueño angosta tanto, que no llega a los 5 metros, cerrándose sobre las rocas calizas y formando pozos profundos, donde las truchas encuentran un buen refugio.

Los mejores tramos en Valdepiélago son el inicio y el final del coto, en Tolibia todo el coto es muy buenoSeguramente sus mejores zonas de pesca están al final y al principio del coto. En Nocedo de Curueño, justo aguas abajo del puente donde se inicia el tramo acotado, nos encontramos con un lugar idóneo para pescar a mosca. El cauce, con muchas y grades rocas, da cobijo a esas esquivas truchas que cogerán nuestras moscas con impetuosidad. Pero por donde te muevas verás tablas, pozos y chorreras que te invitan a lanzar tu señuelo. La localidad de Montuerto es otra buena zona que eligen muchos pescadores a la hora de pasar una buena jornada en el campo, donde existen unos espléndidos prados pegados al curso del río. Unos pocos metros más abajo, existen buenas zonas con caídas más rápidas. Es quizás de lo mejorcito para pescar. Después, hasta el puente romano de Valdepiélago, los recodos y tablas se suceden, aunque la maleza dificulta mucho más la labor del lance para el pescador.

El tramo acotado de Tolibia, temporada tras temporada, es uno de los favoritos de los pescadores que gustan de practicar su afición. El Curueño, en este tramo de Tolibia, es un auténtico vergel para la pesca, a pesar de tratarse de un coto con muerte, excepto los lunes que es sin muerte. El coto de Tolibia tiene su límite superior en puente del Km 14,300 de la carretera LE-321, de La Vecilla a Casomera. El límite inferior se encuentra en el puente de los Verdugos. La longitud aproximada de este tramo acotado es de 5 kilómetros. La anchura media del cauce no sobrepasa los 15 metros.

El coto es, prácticamente en toda su extensión, muy bueno para la práctica de la pesca en la modalidad de lance y mosca seca. Es cómodo de pescar y no existe mucha vegetación en sus orillas. Existen zonas determinadas que, bien por su mayor número de piezas extraídas o por sus mejores condiciones para la pesca, son las favoritas de los pescadores. En su zona alta, en el mismo comienzo del coto, se encuentra el pozo de ‘El ciego’, donde existen muchas y grandes truchas, con una entrada y salida del pozo muy bueno para el lance. Después del puente las tablas se suceden, ofreciendo multitud de oportunidades a los aficionados. Aguas abajo, llegan zonas donde el río se encajona entre las rocas para abrirse y ofrecer espacios idóneos para pescar. Pero seguramente el lugar preferido de los pescadores, que conocen bien este acotado, es el tramo donde desembocan los arroyos Arintero y Villarias.
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