Vacío emocional

Pedro Ludena comenta la película de Ryan Coogler 'Black Panther: Wakanda Forever'

Pedro Ludena
18/11/2022
 Actualizado a 18/11/2022
Angela Basset es uno de los rostros conocidos de ‘Black Panther: Wakanda Forever’.
Angela Basset es uno de los rostros conocidos de ‘Black Panther: Wakanda Forever’.

‘Black Panther: Wakanda Forever’
Director: Ryan Coogler.
Intérpretes: Letitia Weight, Angela Basset, Tenoch Huerta, Danai Guarira.
Género: Acción/Aventura.
Duración: 161 minutos.


Marvel
vuelve  a los cines con su último gran éxito: ‘Black Panther: Wakanda Forever’, con la que espera cerrar con nota alta su última fase de largometrajes, antes de comenzar una nueva el año que viene. Esta trata de contar una historia profunda que celebre la diversidad cultural y los conflictos que de esta se derivan, introducir nuevos personajes y repetir el éxito de la anterior entrega, entre otras aspiraciones. Todo ello sin dejar de homenajear al fallecido protagonista de su precuela, Chadwick Boseman, cuya pérdida y las consecuencias que esta acarrea se notan tanto dentro como fuera de su trama. Sin embargo, al pretender abarcar tanto, termina apretando más bien poco.

‘Wakanda Forever’ no es sino la secuela de la aclamada cinta de 2018 que conquistó al público, cosechando una taquilla de más de 1000 millones de dólares, y a la crítica por igual, estando incluso nominada a mejor película en los Oscars de aquel año, finalmente alzándose con tres estatuillas. Repiten en esta ocasión tanto el director Ryan Coogler (‘Creed’) como gran parte de su rico elenco, entre los que se encuentran Letitia Wright (‘Asesinato en el Nilo’), Angela Basset (‘9-1-1’), Lupita Nyong’o (’12 años de esclavitud’) o Danai Gurira (‘Walking Dead’). Sin embargo, lo más notable es la ausencia del protagonista original, Chadwick Boseman (‘Black Panther’), que falleció repentinamente en 2020, perdiendo la batalla contra el cáncer que había combatido en secreto durante años, durante los cuales soportó el rodaje de ‘Black Panther’ y otros proyectos. Esta pérdida conmocionó a propios y ajenos, suponiendo un punto y seguido en la producción de ‘Wakanda Forever’, cuyo guion ya había sido redactado por Ryan Coogler, con Boseman retomando su rol como ‘Pantera Negra’, y que tuvo que reescribir prácticamente desde cero. A pesar de no personarse en esta segunda parte, salvo en los emotivos títulos de crédito donde se muestran escenas de apariciones anteriores, durante los cuales, en mi sesión, toda la sala guardó un religioso silencio; su legado es la piedra angular de toda la película, que está enteramente dedicada a su memoria. La historia empieza y termina con Chadwick. No obstante, no se llega a apreciar un momento verdaderamente catártico en su despedida, aún dedicando los primeros minutos a su funeral, que no llega a transmitir la emoción o la pena que pretende, error que la cinta comete en repetidas ocasiones, lastrándola.  

El vacío dejado por el Rey T’ Challa (Boseman) lo intenta llenar su hermana y heredera Shuri (Letitia Wright) quien deberá plantar cara a la última amenaza que se cierne sobre Wakanda: el conflicto contra el reino submarino de ‘Talocan’, una suerte de ‘Atlántida’ con toques precolombinos, y su poderoso gobernante, ‘Namor’, que busca destruir el mundo de la superficie, empezando por el ficticio país africano. El problema con esta nueva protagonista, es que los zapatos de su hermano le vienen grandes. Shuri ya aparecía en la primera ‘Black Panther’, como un personaje secundario más, que cumplía su papel como alivio cómico y apoyo emocional de T’ Challa. Pero por las vicisitudes del guion, se le ha encasquetado el peso de un protagonismo que sus hombros no pueden soportar. Un rol que ella misma rechaza durante gran parte de la película, estancándose en el duelo y negándose a asumir sus responsabilidades, perdiendo gran parte del carisma que la caracterizaba y generando una apatía contagiosa para el espectador, con el que rompe cualquier tipo de empatía que pudiera despertar en este. De manera que, cuando por fin decide actuar, lo hace desde una perspectiva nihilista, movida por la venganza, no por su pueblo. Su actitud es diametralmente opuesta al símbolo de inspiración que representaba el difunto ‘Black Panther’, quien actuaba movido por sus ideales, buscando lo mejor para su gente. No luchaba por él, sino por Wakanda. Es por esto que la primera entrega conseguía emocionar como lo hacía, a diferencia de esta secuela. La mejor prueba de ello es que cuando en un cierto punto de la historia se grita el ya célebre ‘¡Wakanda por siempre!’, este no pone los pelos de punta como debería, porque es vano. No hay unos valores detrás de esa frase, solo una furia ciega.

Por otro lado, son precisamente los, una vez más, fascinantes personajes secundarios los que salvan a ‘Wakanda Forever’. Las escenas más potentes y mejor actuadas de la cinta corren a cargo de la Reina Ramonda (Angela Basset), quien soporta y usa el luto de una manera mucho más orgánica que su hija Shuri, revistiendo a su personaje de un aplomo y una fuerza propios de una madre que ha perdido a su hijo. El show se lo roba Namor (Tenoch Huerta) que se presenta como un villano imponente, que intimida con su fuerza e impasibilidad, dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias por defender a su pueblo. Unas motivaciones mucho mejor fundadas que las de su contraparte wakandiana.
 
El personaje de Riri Williams (Dominique Thorne) como ‘Ironheart’, es la excepción que confirma la regla. No encaja con el tono serio del resto del filme y su introducción con calzador como desencadenante del conflicto entre Wakanda y Talocan mina la coherencia argumental del guion, que la utiliza como un ‘Deus ex machina’, de tantos. Su prescindible presentación se debe enteramente a la necesidad de Marvel de plantear más personajes para proyectos futuros, que continúen llevando aún más pan a su mesa. Este solo es un ejemplo de los múltiples problemas de ritmo que tiene su narrativa, que sumados a su sobrexposición en ciertas escenas y a lo reiterativo de varios de sus diálogos, van añadiendo minutos hasta rebasar la excesiva duración de 2 horas y 40 minutos, en los que se llega a escapar más de un bostezo.

No me puedo ir sin mencionar los fallos puntuales, pero notables, en los efectos especiales, que te pueden llegar a sacar de la trama en más de una ocasión, y un uso reiterado de la cámara lenta que, por momentos, puede recordar a una película de Michael Bay. Aunque, todo sea dicho, la fotografía siendo una de las grandes bazas de la franquicia, al igual que su banda sonora, coronada por la participación de Rihanna. Aunque no está a la altura del gran álbum de rap, encabezado por Kendrick Lamar, que amenizaba la primera ‘Black Panther’.

‘Wakanda Forever’ tenía muchas bazas para ser una gran obra. Pero su falta de foco, su excesiva duración y , especialmente, la falta de un protagonista a la altura, la dejan a las puertas de superar a su predecesora. No siempre más es mejor.
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