Ustedes perdonen, y pueden llamarme lo que les de la gana, pero yo cuando veo un torito guapo siempre pienso en El Fary; y sinceramente, no creo que sea por lo de guapo, aunque no esté uno para presumir.
Pero antes de insultarme, que ya sabes que te di permiso, piensa en alguna cena de empresa, de Navidad, despedida de soltero o similares en la que acabaste en un karaoke, ¿quién está libre de pecado? Después, si es que tienes algún recuerdo nítido de aquella noche, piensa en cómo reaccionaste cuando en la pantalla aparecieron luminosas y grandes las frases: «Vaya torito / Ay, torito guapo. / Tiene botines / Y no va descalzo». Piénsalo bien, si poesía tan sublime te hizo saltar como un loco dando gritos al torito, ¿quién es más friki, El Fary o tú mismo». Yo pequé. Y ya no me meto con lo de «cuánto más acelero...».
Y tampoco me meto en otras canciones del famoso taxista. Imagínate al gran Luis Cantero Rada, con su traje de artista, anunciando que va a cantar ‘tener categoría’: «El que tiene vanidad / jamas conseguirá / tener categoría. // El que tiene vanidad / se nota sin hablar / su gran pedantería. / Tener categoría es / tratar con dignidad / igual que tu quisieras / que te traten los demás».
Llamadme lo que queráis, pero yo veo un torito guapo y pienso en El Fary.
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