Usted disimule

10/04/2019
 Actualizado a 19/09/2019
a-la-contra-10-04-2019.jpg
a-la-contra-10-04-2019.jpg
La verdad es que cada día se hace más difícil averiguar qué hacen y quiénes son algunos vecinos que cruzamos por la calle y que ya casi no nos llaman la atención pues salimos de una y nos metemos en otra. Y si les añades cuatro fiestas americanas que hemos importado para que «los chinos» vendan trajes, espadas y calaveras a tutiplén pues apaga y vámonos.

Lo que ocurre es que no sé a dónde nos vamos porque puedes llegar al último rincón de la provincia, donde crees que no vive nadie y te puede aparecer un gladiador o vete a saber quién.

Todavía acabamos de llevar al desván las cajas con los disfraces de Carnaval —o lo que quedó de ellos si fuiste a La Bañeza— y con la banda sonora de fondo —allá por el campo de fútbol— de tambores y trompetas te vas cruzando con capillos, túnicas, papones, manolas, polémicas conmedias de seda, cruces, cirios, limonadas y hasta quien amenaza con el exterminio: «A matar judíos».

Y por si acaso era escaso el sindiós semanasantero (con perdón) que toma la ciudad hasta los irreverentes genarianos toman los espacios públicos y a las enormes ventanas de lo que Pallarés fue se asoman unos santos con pinta de escasa santidad.

No se nos puede tomar en serio ¿Qué pensará el paisano que tenía el sueño antiguo de vender toldos o ventanas para los tejados?

Y espera que empiece la campaña ¿O el de la foto es un candidato?
Lo más leído