Uribe no tiene gracia

Existen en el fútbol tres perfiles de entrenadores: los buenos, los malos y los protagonistas. En el último grupo destaca ‘el Mourinho’ de la Segunda B.. En su afán por disfrazar su horrible temporada al frente de un equipo al que hace meses llevó al ‘playoff’ de ascenso, Josu Uribe va de polémica en polémica. Ve un charco y se tira de cabeza. Se le recuerdan sus ataques al entrenador del Guijuelo al que calificó como ‘filósofo’ y ‘atrevido’, su espantada navideña con marcha atrás y, por habitual, una falta de respeto al colectivo arbitral que alguien debería castigar.

El último show de Uribe tuvo lugar este domingo. No reparó tanto en elogiar el mérito de sus jugadores, que anularon la ventaja numérica de la Cultural durante muchos minutos, como en dar la nota sacudiendo al colegiado, curiosamente el mismo que le expulsó en Astorga. No satisfecho, la tomó con Santi Santos con un discurso zafio, injusto y fuera de tono. Uribe meó fuera del tiesto y punto, sin caer en el sensacionalismo barato. Pasó por alto la imprudencia de un jugador que, con una tarjeta, realizó una dura entrada al tobillo del zaguero merecedora de la segunda. Santos, que hizo una falta en el partido, no es el jugador agresivo y extremadamente duro que pintó su ex entrenador con sus palabras. Cuesta recordar cuándo fue expulsado por última vez, mientras que su Avilés ha sufrido tres de forma consecutiva y con distintos árbitros. Uribe ya no engaña y ya no tiene gracia. Aún se le espera una explicación de por qué un equipo que en enero estaba a un punto del ‘play-off’ cambió un tercio de su plantilla y encadena siete jornadas sin ganar. La culpa es del tiempo, del calendario, de la Federación o de una conspiración en su contra. Uribe nunca pierde y antes de la autocrítica dará un portazo. ¿Les suena?.