Uno de cada tres menores ha sido víctima de bullying

La Universidad del País Vasco ha elaborado un informe denominado 'Actividades, mediación, oportunidades y riesgos online de los menores en la era de la convergencia mediática' en el que se advierte de que uno de cada tres menores ha sido víctima de bullying, además de arrojar otras cuestiones importantes como que la mayor parte del tiempo que dedican a internet los niños y jóvenes entre 9 y 17 años lo emplean en comunicarse con sus familias y amistades. Así lo ha especificado este martes la investigadora principal de este estudio, Maialen Garmendia, durante su presentación en la sede del Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe), puesto que el organismo con sede en León ha colaborado con esta iniciativa en el capítulo español de EU Kids Online, ya que el objetivo es que se pueda desarrollar en 33 países de forma simultánea. 

En este estudio han participado 2.900 niños de colegios públicos y concertados de España, y de él se extraen importantes conclusiones sobre el uso que los menores hacen de internet en todos sus ámbitos. Pero el dato más llamativo es que uno de cada tres reconoce haber sido víctima de bullying, tanto online como offline, es decir, el clásico. Garmendia ha destacado que en muchas ocasiones "se superponen" ambos casos, pero también ha advertido de que "es más lesivo el online ya que hay mayor probabilidad de daño". "Uno de cada cinco menores ha ejercido esta práctica en alguna de sus modalidades y afecta más a las niñas que a los niños", ha resaltado la responsable del informe.  

En el estudio también se pone de manifiesto que el 42 % de los menores de entre 11 y 17 años ha visto imágenes sexuales, y tres de cada diez ha recibido mensajes de contenido sexual, denominado 'sexting'. Tanto en este aspecto como en el conjunto del informe se ha detectado que la frecuencia aumenta según se incrementa la edad. 

Otra conclusión de estas encuestas es que el 40 % de los menores ha contactado con alguien que no conoce, y uno de cada cinco finalmente tiene una cita con estos desconocidos. Garmendia ha subrayado que un 83 % de estos menores se mostró muy satisfecho de estos encuentros. 

Un aspecto a destacar es que las chicas de estas edades son las que más se exponen a contenidos negativos en internet, puesto que un 45 % de las menores ven contenidos sobre cómo hacerse daño, mientras que solo el 25 % de los chicos buscan estas cuestiones. Además, uno de cada tres menores ha recibido mensajes de odio contra otro colectivo. 

Garmendia ha destacado que la Organización Mundial de la Salud (OMS) aún no considera como enfermedad la adicción a internet, pero ha resaltado que esto se da cuando "interfiere en la vida cotidiana", es decir, cuando el menor "no sale de casa, no hace sus tareas o no se relaciona con los demás". Es más, un 8 % de los encuestados reconoció que algún día "se ha quedado sin comer o sin dormir". 

En cuanto a cómo solucionan los problemas que se encuentran en internet, el 70 % de ellos tuvieron como principal fuente de apoyo a los amigos, pero un 46 % de los menores recurrieron a los padres. En estos casos, cuando una persona les molesta, en el 57 % de los casos intentan que les deje en paz, mientras que un 56 % la bloquean, un 24 % cambia la configuración de la privacidad y solo un 16 % denuncia el problema. 

Por este motivo, tanto el director del Incibe, Alberto Hernández, como el coordinador del área de menores del Instituto, Manuel Ransán, han puesto el acento en la plataforma is4k.es, una web con múltiples herramientas y una gran cantidad de información para ayudar a padres y menores a reaccionar ante problemas, pero también para hacer un buen uso de internet y las redes sociales. 

De hecho, Ransán ha subrayado que las recomendaciones con las que trabaja el Incibe se desarrollan en los entornos familiares y educativos, tanto con campañas informativas como con la aplicación de normas restrictivas para así lograr que tengan entornos digitales ajustados a la madurez del menor y se puedan utilizar herramientas de control parental o limitar el tiempo de uso de pantallas.